Como si los costos de la canasta básica, esa que debe de contener, por mínimo, 25 productos esenciales para la alimentación de las familias mexicanas, no fuera ya un suplicio, toda vez que cada día está volando más alto; y  luego los altos costos de la luz, la gasolina, los medicamentos, el gas, no resultaran ser una verdadera carga para los mexicanos, ahora, por obra y gracia de la titular de Economía, doña Tatiana Cloutihier, se les ocurrió una nueva forma para obtener recursos y, sin piedad, asestarle un demoledor y contundente golpe a las quijadas de los ciudadanos, ordenando una nueva verificación vehicular.

La nueva verificación vehicular no será para checar los altos índices de contaminantes que emiten los autos y que en la Ciudad de México, el Estado de México y en Estados circunvecinos ha llegado a ser tan alto que han tenido que emitirse alertas y suspensiones en la circulación de automotores con distintos números de terminación de placas, ello con la finalidad de bajar la terrible polución que afecta la salud de los habitantes de aquellas zonas.

Cabe hacer mención que los costos de la verificación vehicular para atemperar el grado de contaminación, hasta ahora ha servido para dos cosas, excepto para afectar el bolsillo de los pobres automovilistas quienes tienen que pagar dos veces al año la famosa verificación.

No. La nueva verificación vehicular, no tiene parecido ni comparación con la anterior, descrita líneas arriba, excepto, claro está, que la llamada verificación automotriz, será obligatoria y se tendrá que realizar en la mayoría de los vehículos, sin excusa ni pretexto y sin  justificación o palanca que valga.

La verificación de doña Tatiana, por lo que s ha logrado saber, incluye: verificación de las condiciones mecánicas del automóvil, espejo retrovisor y laterales, llantas, luces, marcadores (de temperatura, combustible y demás), entre otras cosas que se irán anotando y por las cuales se tendrá por obligatorio el realizar la nueva verificación.

Y aunque aún no se sabe cuáles serán los costos por la nueva verificación, los lugares en qué se tendrán que realizar, el tipo de calcomanía que se impondrá en algún lugar del vehículo, lo cierto es que desde que salió a la luz la noticia de la nueva verificación, los propietarios de vehículos ya están temblando y pensando que será mejor vender el auto y comprarse un burro, en la inteligencia de que no se le vaya a ocurrir a la sociedad protectora de animales aplicar un impuesto por andar arriba de un pollino.

Lo cierto es que, al final de la historia, la nueva verificación automotriz, ideada desde las oficinas de doña Tatiana Clouthier, flamante secretaria de Economía, desde el punto de vista que se le quiera ver, significará un contundente y demoledor golpe a la economía de los mexicanos.