¡Sí! Y disculpen la expresión. ¡Qué diablos es lo que hace el actual director de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Centro –Golfo, Martín Ramón Álvarez Fontán?
Ya va para casi un año de haber tomado posesión del cargo y es esta la bendita hora en que no se ven resultados de su trabajo por ningún lado.
Ya vino el presidente AMLO con el Secretario de Comunicaciones y Transportes, don Jorge Arganis Díaz Leal, y juntos le pusieron su buena bañada al director de la zona Centro-Golfo, por el pésimo estado en que se encuentra las carreteras veracruzanas. Y, a pesar de ello, todo hace indicar que el funcionario federal, sigue echado en la hamaca y siguiendo la misma tónica de sus antecesores.
Para nadie es un secreto que las carreteras del norte, centro y sur del estado están hechas un verdadero asco, obvio, sin que ello mortifique en lo más mínimo al responsable de la SCT en Veracruz.
Y no hace falta ir muy lejos para saber cómo se encuentran las carreteras en Veracruz. Ayer, diversos automovilistas que transitaban de Cardel hacia esta capital, nos reportaron que en el tramo entre Cerro Gordo y la entrada a Xalapa, existen verdaderos hoyancos que están provocando desperfectos en las unidades y no tarda en ocurrir un accidente de dimensiones inimaginables.
¿Qué es lo que ha hecho el director de SCT-Centro Golfo en casi un año que lleva en el cargo?¿Qué demonios es lo que hacen él y sus principales personeros que se han puesto a trabajar y se la han pasado haciendo declaraciones que ya nadie les cree, en tanto las carreteras siguen convertidas en cráteres que ponen en riesgo la vida de los automovilistas?
¿En que se conducirán o en que se moverán los altos funcionarios de la SCT de Veracruz como para que no vean los terribles baches que hay en las carreteras del Estado?
Tenemos conocimiento de que en la semana que recién inicia, de nueva cuenta el presidente de la República visitara tierras veracruzanas, por lo que solicitaremos a su staff para que lo inviten a venir a Xalapa, pero que lo haga por carretera.
Huelga decir que los días de Martín Ramón Álvarez Fontán y su principal personero, están más que contados.