En Veracruz, por la pandemia del COVID-19, hasta el momento de redactar la presente colaboración editorial, el registro proporcionado por las propias autoridades sanitarias, llevaban contabilizados  más de 8 mil muertos. Y la cifra continúa en aumento.

El panorama, sin ánimo de ser catastrofista, se avizora bastante oscuro. El número de contagiados sigue creciendo y hasta el día de ayer domingo 28 de febrero, la cantidad de acumulados confirmados –contagiados- iba rumbo a los 55 mil.

México, según el último reporte,  tiene registradas 184 mil 474 muertes por Covid-19  y el número de contagios oscila en más de 2 millones de personas que padecen coronavirus.

El escenario, lo digan o no las autoridades de salud, es a todas luces, fatal. La llegada de vacunas de países como China, Rusia e India, las cuales están llegando a cuentagotas, las cuales, a decir del Ministro Ebrard, ya llegaron 800 mil nuevas dosis, con las que se completan un total de un millón. Por lo tanto, si en el País vivimos casi 130 millones de mexicanos, es obvio señalar que la vacuna, al igual que la pandemia, aquí habrán de permanecer por mucho, pero mucho tiempo.

¿Qué tiempo hará falta para que seamos vacunados la totalidad de la población?

No se sabe con precisión. Pero lo que sí se sabe con exactitud es que se necesitarán muchos años para que los mexicanos de todas las edades puedan ser inoculados con cualquiera de las vacunas China, rusa o India.

Y, en tanto llegan, de donde fuere, el resto de las vacunas; y, en tanto se tenga un cuerpo especial de médicos y enfermeras para aplicar la susodicha vacuna, el número de fallecidos por Covid-19 seguirá creciendo y, por ende, el número de contagios, idem.

Y, ¡aguas!, ya ha aparecido en el escenario una nueva cepa de Covid -19, más contagiosa y más letal.

Para el coronavirus, no hubo ni hay “Detente” que valga.