En la entrega de la semana próxima pasada, escribimos que, cuando preguntaron que quién quería ser el sucesor, todos los aspirantes y suspirantes, al unísono dijeron ¡Yo!; nunca, pero nunca por sus mentes pasó que lo que se avecinaba era algo muy semejante al destructor huracán Otis, el cual, como ya vimos y sabemos, destruyó por completo el paradisiaco puerto de Acapulco, Gro.

Hoy, cuando el partido en el poder, Morena, en un afán de desenredar la madeja que ya se les hizo nudos, prolongó, sin más aviso que un escueto comunicado, los resultados de una encuesta que, luego de consensos, disensos y campañas, no se atrevió a entregar y a hacer públicos los resultados para conocer quién o quiénes serán  los coordinadores de la 4T en cada estado en donde el próximo 2024 habrá elecciones.

Obvio es que, la no entrega de los resultados de la dichosa encuesta, ha metido ruido entre los morenistas y las suspicacias y las dudas asi como los argumentos de que allí hay gato encerrado, ha surgido en el escenario político nacional.

Ahora bien, con la prolongación de los resultados de la encuesta y con las dudas en el ambiente, el fuego amigo está cayendo de manera inmisericorde sobre los suspirantes y aspirantes a lograr obtener el anhelado premio.

La aparición de mantas en los centros de mayor número de votantes, el borrado de bardas de tal o cual aspirante, las declaraciones sutiles y no tan sutiles de todos contra todos; los señalamientos, las acusaciones y todo lo que pueda surgir de aquí al 10 de noviembre, fecha en que se darán a conocer los resultados de la famosa encuesta, serán el pan nuestro de cada día.

El fuego amigo, antes del 10 de noviembre, se va a intensificar. Ni duda cabe.