Apenas la semana próxima pasada, titulamos nuestro Editorial: “Sueltos los demonios, todos contra todos” y comentábamos que nadie dudaba que ya estaríamos viendo, entonces, una guerra campal.

Y vaya que no nos equivocamos. El anuncio fue una, como se dice en el argot periodístico, una primicia.

La feroz embestida que el mero tatiasca, desde su mañanera, le endilgo a un hijo desobediente en Veracruz, el cual, a pesar  de sentirse un acre defensor de la negritud, de la que se dice representante auténtico, y quien ya andaba como el Caballo Blanco de José Alfredo Jiménez, sirvió para que le bajara toda la espuma a su chocolate y saliera con la descarada declaración de que no sabe quién o quiénes mandaron a colocar cientos de espectaculares, a pintar bardas y a colocar llamativos anuncios en todos los camiones del servicio urbano que existen en la entidad.

Y los lobos, cuando vieron que el terrible libertador de la raza negra en Veracruz, que afirmaba, “existimos porque resistimos”, no tardaron nada ni perdieron el tiempo para terminar la obra que desde Palacio Nacional le habían endilgado y remataban: “no se puede dar a conocer con espectaculares, quien no conoce el pueblo”, dijo una voz; “el que quiera ser conocido y le gusta pagar anuncios y que su nombre esté en todas las bardas, que lo haga, pero con su dinero, no con recursos del pueblo” Voces sobraron y los calificativos para el Yanga versión jarocha, no se hicieron esperar.

Hoy, por lo pronto, cuando desde el púlpito mañanero le mandaron, como a Eufemia la carta sin razón, el semblante del hijo prodigo de Mulegé, Baja California, ya cambio y su sonrisa ahora es una simple mueca.

Pero no nadamas los demonios se soltaron en tierras jarochas.

A nivel nacional, cuando la X de Xóchitl, la ingeniera en sistemas computacionales ya es más grande que la X, emblema de Xalapa y que se encuentra en la intersección de las avenidas Lázaro Cárdenas y 20 de noviembre, en esta capital de Estado, los demonios también se han soltado y la andanada de calificativos en contra de la oriunda de Hidalgo, la obligaron a solicitar la intervención de los togados para que su nombre dejara de ser mencionado en la acostumbradas mañaneras lopezobradorianas. Y ganó.

Y, por otro lado, el corcholaterío que anda buscando los reflectores, haciendo Asambleas Informativas, por más que informan lo que no tiene sustento, tienen que acudir a los acostumbrados acarreos que, al final de cada evento, terminan convirtiéndose en una serie de reclamos porque “el pago” establecido no fue cumplido.

De vuelta en la aldea, los reclamos de unos contra otros, los señalamientos de una refinería que no refina ni refinará nada; las demandas sociales de grupos ecologistas que demandan la suspensión de una obra y se frene el derribo de árboles, se cristaliza y festeja cuando la Corte ordena la suspensión de la obra hasta en tanto concluyan las investigaciones.

En los organismos gremiales, luego de observar la detención de dirigentes sindicales de la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), integrantes de otras organizaciones sindicales, tales como el Sindicato de Trabajadores de Industria Azucarera, Alcoholera y Similares de la República Mexicana (STIAARM), han puesto sus barbas a remojar y saben que pueden correr la misma suerte. Hay que recordar que las organizaciones sindicales son los votos corporativos de los partidos políticos.

Con el paso de los días, según se acerque el día D, los señalamientos, los calificativos van a ir in crescendo y cual bola de nieve, las afectaciones se verán en todo su esplendor.

Finalmente, alguien deberá de tener a la mano su boleto para tomar el tren rumbo al sur.