Ya lo habíamos anunciado. Ya está por temas decir: se los dije. Pero, cuando señalábamos que los demonios se soltarían y que ya andarían por todo el territorio jarocho, los pronósticos se han cumplido a cabalidad.

También dijimos, antes, que la llamada unidad, junto con la convocatoria del dirigente de Morena, el exquisito Mario Delgado, sería igual que una llamada a misa, -el que quiere va y el que no quiere no va- y que nadie lo tomaría en cuenta. O sea, decíamos que don Mario Delgado vendría teniendo la fuerza de un tehuacan destapado hace seis meses. Y  también se ha cumplido el pronóstico.

Unidad no hay. Cada quien anda a su entera voluntad. A todos les soltaron la rienda y ya andan que, pareciera, son los verdaderos candidatos del partido del presidente.

En Veracruz, la violencia, no hace falta decirlo, andamos que desatada y no hay          quién le ponga freno.  A lo largo y ancho del territorio veracruzano, los homicidios en contra de los políticos, los que están a favor de tal o cual candidato, son ya el pan nuestro de cada día.

En la inmensidad del acontecer diario, las cifras, de espanto, no terminan y la contabilidad aumenta.

Unidad, pues, no hay: seguridad, menos.

Los pronósticos, sin querer ser presumidos, se están cumpliendo y los tiempos siguen avanzando.

Aún no hay candidato oficial. Por ende, la guerra que viene, viene a ser la madre de todas las batallas. ¿ Acertaremos otra vez?