En este pueblo, ya lo hemos dicho, hoy volvemos a repetirlo, no pasa nada y, cuando pasa, tampoco pasa nada.

Que en Segalmex hubo y hay un desfondo de 15 o 20 mil millones de pesos, no pasa nada.

Que el Tren Maya, podría –dije podrá- quedar varado en medio de la exuberante vegetación y ahí quedarse para siempre, no pasa nada.

Que si ya estaba terminado y que contaba con lo necesario y suficiente para empezar a transportar al millón de turistas que, quizá, ya hasta tengan sus boletos comprados; pero que, adicionalmente, al trenecito le van a inyectar otros 120 mil millones de pesos. No pasa nada.

Que la Fiscalía General de la República, por no integrar debidamente la Carpeta de Investigación en contra de Lozoya Austin, le tendrán que devolver su “humilde casita” No pasa nada.

Que la inseguridad aumenta, que la ola delictiva no hay quien la detenga y los muertitos son cada vez más y más. No pasa nada.

Que la Refinería Dos Bocas, luego de dos inauguradas, aún no refina nada. No pasa nada.

Que si la megafarmacia, la que va a tener todos los medicamentos, sin que se le caduquen, pero que aún no existe y que solo está en el imaginario de su creador. No pasa nada.

Que las carreteras están destruidas y las autopistas ya subieron el precio del peaje. No pasa nada.

Que si a Fox le dieron una buena tunda por andar de hocicón y merecida se la tiene. No pasa nada.

Y, tan no pasa nada que ya van cinco años en que de todo ha ocurrido y, simple y sencillamente, no pasa nada.

Aunque, viéndolo bien, un buen día de estos, podría pasar algo.

Y si pasa algo, porque el ambiente esta tenso, la sociedad está alterada, los ánimos están caldeados, luego entonces, a lo mejor si pasa algo.

Pero, por lo pronto, en este pueblo nunca pasa nada y, cuando pasa, tampoco pasa nada.