Las carreteras, siempre las carreteras. – ¿Cuáles? ¡No hay! ¡Y las que hay están destrozadas!

Es un triste panorama, pero, sin embargo, es real. Las carreteras en Veracruz se encuentran destrozadas, por más que traten de hacernos creer lo contrario.

Los cibernautas, nos mandan videos que nos informan el verdadero estado de las carreteras. Esas carreteras que transportan mercancía, personas, materiales y productos diversos, se encuentran en un pésimo estado. Las autoridades dicen y afirman, queriéndonos convencer, de todo lo contrario.

Circular por el estado de Veracruz, al principio empieza como una odisea, pero, lamentablemente, termina en tragedia.

Accidentes van y ocurren a lo largo y ancho de la entidad, sin que la autoridad legalmente constituida atienda de manera urgente y oportuna el grave deterioro en que se encuentran las vías de comunicación.

En el norte, nos informan que, literalmente, no hay carreteras, no hay cinta asfáltica, vamos, solo grandes baches en un camino que antes fue de asfalto y ahora solamente es de tierra. Ello constituye un riesgo mortal para los automovilistas que se arriesgan a transitar por esa rúa.

Es la necesidad, nos dicen transportistas. Pero esa necesidad por llevar el sustento a sus casas, los pone en alto riesgo. Pero, hasta ahora, ni la SICT –Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y su par estatal, la SIOP –Secretaría de Infraestructura y

Obras Públicas, han puesto manos a la obra y, cuando están por concluir sus encargos en los dos niveles, todo hace indicar que las carreteras del norte de Veracruz, van a continuar en el mismo estado en que ahora se encuentran. Lamentable, por donde se le quiera ver.

Las promesas de campaña, las de siempre y por siempre, volverán a surgir en estos tiempos en que muchos buscarán nuevos cargos de elección popular y, por ende, habrán de repetir la misma cantaleta de siempre: ¡yo sí les voy a cumplir!; ¡les voy a hacer una carretera nueva, de ocho carriles, sin casetas!

Y, obviamente, no faltará el veracruzano que, emocionado, pregunte:

-¿Cómo las de Europa, señor?

– ¡Eso, sí, como las de Europa! ¡No, no, nada de que como las de Europa !¡Mejor que las de Europa!

Nota: La próxima semana les narraré el cuento de la corrupción y las carreteras. Estoy saliendo a la CDMX y ya no me da tiempo.