Parafraseando a Unamuno, en México ya podríamos decir: Y cuando desperté, las corcholatas, solitas, se estaban cayendo.

O, como dijera el exgobernador de Veracruz y expropietario de Interjet, Miguel Alemán Velasco, “las calabazas se caen solas”

Y si no, que le pregunten a doña Claudia Sheinbaum, quien a pura falla del  Sistema de Trasporte Colectivo conocido como Metro en la CDMX, ya casi la están tumbando de ser la corcholata preferida de aquel que les platiqué. Un choque de trenes por aquí, un incendio en los vagones, una caída de rieles , que si un atentado, que si un hecho anormal, que si el sabotaje, que esto y que lo otro, lo cierto es que a #EsClaudia,  ya le antepusieron dos palabras: Ya no. Y  ahora en algunas bardas, las que no han sido borradas, se lee: Ya no #EsClaudia.

En Veracruz, el rinconcito de patria que sabe sufrir y cantar, donde hacen sus nidos las olas del mar, ya le estarían preguntando a la que se perfilaba y, aparentemente, era la corcholata preferida también de aquel que les platiqué, y que por no  estar produciendo ni una gota de gasolina en la New Refinery Two Mouhts, del mexicano estado de Tabasco, todo hace pronosticar que ya se le fue la oportunidad de suceder al gobernador consentido del number one nacional.

En los días por venir, cosa de sentarse pacientemente a esperar, en alguna cafetería acompañado de un delicioso lechero y su correspondiente canilla, para ver, saber y conocer quiénes y cuáles serán las siguientes corcholatas que se van a ir  cayendo.  

Es más, como en el beisbol, ya se habla de que algunos no van a llegar ni a la quinta entrada.

Cosa de esperar para ver. Ah, se me pasaba. Les recuerdo que ya no tarda en venir a Veracruz, otro ilustre zacatecano, su nombre empieza con R de Ricardo M de Monreal y A de Ávila. Digo, por lo de aquella cuenta pendiente.