Hace tiempo, cuestionamos a un conocedor del derecho y de cuestiones electorales acerca de que si la democracia en México salía o costaba muy cara.

El experto, sin mucho despeinarse dijo: es cierto jóvenes, la democracia, por lo que implica en cuanto a gastos electorales, salarios, impresión de boletas, instalación y traslado de urnas, etc, etc, se puede entender y decir que sí, que sí es realmente cara, pero, – puntualizó- “más caro sería no tenerla”

Pero, más allá de todo eso, sabiendo que al señor le encanta consultarle todo a su dedito, -recuerdan cuando dice, “lo que diga mi dedito”; ayer, se le consultó al pueblo – al pueblo bueno y sabio- acerca de que qué opinaba en torno al Plan B de la Reforma Electoral y, ya lo vimos, el dedito del pueblo dijo que no. Ahora ya no fue el dedito del señor, ahora fue el índice de millones de mexicanos que salieron a llenar las principales plazas de las ciudades más grandes del país y, lo ocurrido ayer, ya es noticia nacional e internacional.

Viene una semana pesada. Muy pesada. Cargada de mucha información. El caso García Luna, en EU, con el resolutivo de la Corte, va a seguir sacando chispas y generando notas de 8 columnas. La explosión de la Refinería en Ixhuatlán del Sureste, en Veracruz, que hasta ahorita ha contabilizado la muerte de 5 trabajadores, más los daños económicos incalculables, también va a generar noticias de grueso calibre; la imparable ola de homicidios, seguirán cimbrando al país. Obvio, la marcha del D26, va ser y servirá como tema en las mañaneras de toda la semana que recién empieza.

El tema político, se lo van a estar disputando el Estado de México y Veracruz. El Estado de México, con doña Delfina, quien afirma que lleva la delantera y su contraparte, quien refiere ídem, se vislumbra el preludio de una guerra sin descanso ni cuartel. En Veracruz, una secretaría de Estado y un diputado federal, del mismo partido, buscan lograr el puntaje suficiente para suceder en la silla a quien mantiene a la Entidad en los últimos lugares de todo.

Lo cierto es que alguien, durante toda la semana, va a andar con el ánimo por los suelos y con el carácter bastante ácido.