Antes que nada, por el Día del Niño que ya está por llegar, una sincera y cordial felicitación a  las niñas y niños de México. Ellas y ellos, son la alegría de los hogares, son el sol que alumbra el existir de los padres de familia. Son, también, el motor que impulsa y da vida a todo lo que motiva  y se tenga que  hacer  por ellos.

Es inmensa la dicha de tener a un pequeño ángel en casa. Son traviesos, inquietos, atrevidos, ociosos, berrinchudos, impetuosos y más, pero todo queda compensado cuando nos arrancan una sonrisa o una lágrima. Verlos dormir, escuchar sus pequeños suspiros; son, eso y más, los momentos que alientan a amarlos, cuidarlos, apapacharlos y darles lo mejor.

Pero, también, desde aquí, hacemos patente nuestra demanda a los entes gubernamentales, para que se legisle, se apruebe y sean atendidos todos aquellos  menores que por diferentes causas han quedado en la más completa orfandad.

A las niñas y niños que han sufrido el flagelo de la delincuencia organizada que los ha dejado sin padres; los que perdieron a sus mayores por los efectos de la pandemia del SaRs-CoV2, generadora del coronavirus; a los que sufren la ausencia del padre o de la madre que tuvo que partir para buscar el empleo en otro lugar  y que no han vuelto a ver; a ellas y a ellos, también les deseamos que pasen un feliz Día del Niño. Que en sus caritas se refleje en ese día, un rasgo de felicidad y en sus ojitos brille una luz de esperanza.

Demandamos y exigimos que los tres niveles de gobierno, busquen, encuentren y promuevan siempre políticas públicas para defender y proteger a aquellas y aquellos que hoy sufren y que se encuentran en situación de extrema  vulnerabilidad.

A las niñas y niños que viajan con sus padres, procedentes de los países de centro y Suramérica y que se encuentran instalados en campamentos improvisados en algún punto de la República Mexicana, en espera de que sus padres logren cruzar hacia el vecino país en busca del sueño americano, les decimos también ¡muchas felicidades!

A las niñas y niños que hoy, en cualquier parte del mundo, viven en situación de guerra, en particular la que ocurre en estos tiempos entre Rusia y Ucrania, les decimos también muchas felicidades. Ojala algún día, los dirigentes de los países poderosos, entiendan y comprendan que los niños no tiene nada que ver en los problemas de hegemonías y de invasiones.

A todas y a todos los niños del mundo, del color de piel que  tengan, sin importar la religión que profesen, sin condición de su nivel social o económico, a todas y a todos, por este próximo 30 de abril, Día del Niño, en México, ¡muchas, pero muchas felicidades!