Con el tema de los migrantes, el panorama se vuelve nada halagador y el futuro, así como las repercusiones son de pronósticos reservados.

Los migrantes, como todo el mundo lo sabe, en su paso por territorio mexicano, sin ninguna protección y mucho menos garantías, pronto pasaron de ser caminantes que emprendieron un éxodo desde sus lugares de origen en busca del sueño americano, en un flamante negocio para los integrantes del crimen organizado quienes encontraron un filón de oro y que explotaron a placer.

México, país benevolente y solidario, permitió la entrada de miles de indocumentados y les brindó el cobijo necesario para instalarse en suelo nacional, Ofreció albergues, comida, atención medica e incluso, también había dispuesto conceder visas de trabajo. La solidaridad mexicana, incomparable.

Los hermanos migrantes seguían arribando, por cientos, por miles a territorio mexicano, logrando, muchos de ellos, legar hasta el norteño estado mexicano de Chihuahua.

Pero el gozo se fue al pozo.

Las reglas del juego cambiaron. Se modificaron los puntos del reglamento y, simple y llanamente, las cosas se complicaron. Y, sin ser pitonisos ni poseer bola de cristal alguna, todo hace indicar que, el tema de los migrantes, al menos para México, se va a complicar.

¿Qué va a pasar con los migrantes que ya están en nuestro país?

¿Qué se va a hacer con los que vienen en camino, provenientes del sur del continente con la firme intención de adentrarse en suelo mexicano?

¿Qué es lo que hará con los migrantes que empiece a deportar EU a nuestro país?

¿Tendrá el Gobierno Mexicano medidas y recursos para atender esas avalanchas humanas? Por favor, ¡qué alguien me explique!