Querido año 2024, gracias por haber llegado ya a los hogares mexicanos, por ser ya parte de quienes residen en este hermoso gran país.

Hoy, con 7 días trascurridos, apenas 168 horas, luego de la alegría de tu llegada, hoy ya estamos sintiendo como que tu transcurso, tu largo recorrido habrá de ser un cuanto tanto pesado y no sabemos si podremos soportarlo.

Mira, en apenas 7 dias de tu paso por nuestras vidas, ya nos pegaste un gran tomatazo, al subirnos el precio del producto que utilizamos para hacer el pico de gallo. Si ese mexicano y sabroso ingrediente que añadimos lo mismo a unos tacos de chicharrón que a unos molletes o a todo lo que se nos ocurra para darle sabor. Huelgo decir que también los tomates se ocupan para elaborar infinidad de salsas, esas delicias que le dan sabor a nuestra tradición culinaria.

El anuncio del aumento del precio de las gasolinas, oye 2024, nos puso a temblar a todos los mexicanos. Lo mismo a aquellos que usan grandes camionetas así como a los que aun usan vochitos y motos para realizar sus actividades laborales. Y es que los mexicanos y mexicanas, todos por igual, seguíamos pensando que era verdad que la gasolina, luego de concluida una refinería construida en Tabasco, México, iba a costar realmente diez pesos. Y al llegar tú, 2024, nos dicen que ya va a costar casi 30 pesos, pues a todos nos dio miedo, tristeza y coraje.

¿Y sabes qué, 2024? Muchos también pensábamos que ibas a ser un año tranquilo, que iba a haber paz, que ya muchos de los que causan dolor y muerte, iban a estarse sosiegos. Pero no. Nadie está sosiego. Y ahora con eso de ya están usando drones para hacer sus matazones, pues el asunto es para dar miedo. Yo me imagino que eso ha de ser por lo de abrazos no balazos que dictaron las más altas autoridades. Pero, deveras, pensábamos que ibas a llegar muy tranquilo 2024.

Ya de los Reyes Magos, ni te digo nada, ¿para qué? En muchos hogares, incluyéndome, nos quedamos esperando a que Gaspar, Melchor y Baltazar hicieran su arribo en la madrugada del día 6, pero por más que estuve despierto, nunca vi ni olí al camello, al caballo y al elefante en el que según dicen que llegan.

2024, déjame decirte que el año próximo pasado, me porte bien, hice todo cuanto me pidieron, tareas, pagos de predial, tenencias, impuestos y todo lo que invoca nuestra Carta Magna como obligación ciudadana; amén de que fui atento y respetuoso con mis vecinos, conocidos y amigos. Ah, también hice obras de caridad, como una acción de servicio a la comunidad, con lo cual me sentí muy a gusto. Todo eso hice.

Sin embargo, los Reyes Magos, según me explicaron, no llegaron  debido a la inflación, a los recortes en el presupuesto, al cierre de empresas, a la propia inseguridad y por muchas otras razones más que no logro entender, no pudieron llegar a muchos hogares, incluyendo el mío.

Por todo lo anterior, querido 2024, desde hoy 7 de enero, te pido que no nos vayas a tratar más mal en lo que te resta de vida.

Es todo lo que te quiero pedir.

¡Ah, perdón, a todos los que lean este editorial, a los que son mis amigos, mis familiares, conocidos, a todos y a todas, tráeles mucha  felicidad y salud!

Gracias 2024 por haber llegado.