De acuerdo con la ley,  ningún aspirante ni nadie puede andar realizando campaña o precampaña política en tiempos que están marcados por la ley para tal fin, excepto, claro está, en los estados en donde se estén realizando elecciones para elegir gobernador, o sea Coahuila y EdoMex.

El tema viene a colación porque, a pesar de que estamos apenas en el 2023, para nadie es un secreto que muchos de los aspirantes y suspirantes por alcanzar algún cargo de elección popular, ya han empezado a mandar las primeras señales del clásico “yo quiero” y el  de enfrente ha dicho “yo también”

Obvio, nos son, propiamente actos o reuniones en donde se solicite el voto o se hable de proselitismo, claro que no; “son encuentros de amigos de diversas corrientes políticas quienes se reúnen en un plan de “cuadernos de doble raya” para platicar, conversar y opinar acerca de algunas cuestiones que tienen que ver con el progreso y el mejor desarrollo del Estado y del lugar donde habitan” Eso es, puro encuentro de amigos. Y eso no tiene ni conlleva punibilidad alguna.

En todo lo anterior, estamos de acuerdo, sí señor.

En lo que ya no habrá coincidencia es la observancia de que, aunque no hay campañas políticas evidentes, si es observable la golpiza que se están dando los unos y los otros. Con decirles que las patadas y el exquisito reportorio que sale de la boca de algunos políticos, se oyen hasta Dinamarca. Si, hasta allá, hasta el lugar con que habríamos de tener una similitud en cuanto a la atención a la salud. Hasta allá se oye.

Porque, óiganme y léanme bien, no hace falta ser un avezado en las cuestiones políticas, para darnos cuenta que los azules no sueltan a los de color marrón; los amarillos ya se desmarcaron y empiezan  a decir que no necesitan vejigas para nadar; los de los colores de la bandera, aunque haciéndose cachos entre ellos, no dejan de observar cómo sacar a los que hoy están en palacio de gobierno, allá en Tenochtitlán y, también acá en la aldea.

Pero, con todo y ello, no hay campañas adelantadas, nadamas, eso sí, patadas, golpes bajos, piquetes de ojos y, obvio, no pueden faltar la exhibición de trapitos al sol.

Lo que viene, agárrense, va a estar de película.

Suerte contendientes.