Por Libertad Bajo Palabra

Verónica Hernández Giadáns, que no se nos olvide, es prima de una mujer que trabajaba para el “Comandante H” en la zona sur de Veracruz. Esta fiscal espuria, que no ha dado resultados, que se ha prestado a las venganzas políticas de su tutor, el Bola 8, se presentó la tarde del lunes ante el Congreso del estado. Los colectivos de desaparecidos ya la esperaban, pero no pudieron llegar a ella por el exagerado aparato de seguridad que la cobijaba. Ya frente a los diputados, envalentonada al ver que la mayoría eran de Morena, lanzó un discurso falaz con el que pretende encubrir su ineficacia, encubrimiento y complicidad.

Dice la fiscal espuria que ella sí le da la cara a la crítica, pero de inmediato denuesta a sus críticos. Los acusa diciendo que los críticos a su trabajo están del lado de los delincuentes, a los que defienden. Habla de pactos con el pasado, pero no dice nada sobre las acusaciones y señalamientos en contra de su “jefe” Eric Cisneros Burgos, a quien acusan de estar dando protección al Cártel de Sinaloa. Habla del pasado la muy desorientada, como si no entendiera que el pasado también es el 2019, 2020 y 2021.

La perorata insípida de la fiscal espuria Verónica Hernández Giadáns sólo tiene sentido y valor en un Congreso como el de Veracruz, donde la mayoría de Morena aplaude cada una de sus mentiras, de sus insensateces. Por supuesto, ese falaz discurso no tendrá ningún efecto en la realidad, pues las cosas seguirán como hasta hoy. Muertos tirados en las carreteras, periodistas asesinados, corrupción de los ministeriales, abusos policiales encubiertos por ella. El discurso de los tontos no puede cambiar la realidad de los inteligentes.