Por Sandra Peñaloza

Hace algunos días, medios nacionales nos transmitieron las declaraciones del senador Ricardo Ahued Bardahuill.

Al expresidente municipal de esta capital, prácticamente desde el inicio de la actual administración, se le ha mencionado como el sustituto natural del emperador Cuitláhuac García Jiménez, sobre cuya administración, los pronósticos no han fallado: Es un desastre.

Ricardo Ahued, pedía a los mexicanos, aunque debemos entender que el mensaje era para los Morenos y sus aliados, en el sentido de que se apoyara al presidente AMLO en su lucha contra la corrupción.

El gran problema, es que la corrupción, probado está, se encuentra en el corazón mismo de la actual administración federal.

En su momento, se dijo que Ricardo Ahued, había sido enviado a la Dirección General de aduanas, por ser incómodo dadas sus declaraciones constantes en la Cámara de Senadores, pues sus palabras en la mayoría de los casos incomodaban al gabinete.

Ricardo, se fue para las aduanas, donde en forma sospechosa y nunca explicada, a los pocos meses renunció, siendo acompañado por Ricardo Monrreal a Palacio Nacional para formalizar su renuncia ante el propio presidente.

Los mal querientes aseguran que al Senador algunos malosos le hicieron una visita a su casa en esta ciudad, así se convenció de que debía abandonar la Dirección de Aduanas.

Regresó al senado, mientras el presidente encomendó a la Secretaría de Marina y parcialmente al propio ejército el manejo de las aduanas de todos los niveles, entiéndase terrestres, marítimas y aéreas.

Debió comprenderse por el mensaje de aquellos días que dio López Obrador, que Ricardo Ahued había fracasado y le quedó grande la misión, además de que el miedo no anda en burro.

Pedirle al pueblo, pero más a los políticos y entes de gobierno, sumarse a una lucha contra la corrupción del presidente, parece ser solo una pose política, pues los casos de los corruptos están en la fiscalía de la República, en el INE, en todas las esferas del gabinete, en las policías y gobiernos estatales donde Veracruz destaca negativamente y vaya hasta en el deporte, donde tenemos el patético caso de Ana Guevara Espinoza y la cauda de veracruzanos que han venido a demostrar que en Veracruz, somos excelentes productores…… de ratas de dos patas, corruptos y delincuentes debidamente organizados; los nombres son de sobra conocidos, pero si usted es nuevo en esto, le daremos algunos: Benítez Morteo, Juanz Rousell, Díaz Muñoz, en fin, una sarta de mal olientes depredadores del erario público, que amenazan con seguir su carrera otra vez en la entidad veracruzana.

Ricardo Ahued Bardahuil, por su lado, acá en Veracruz, tiene fama de trabajador y honrado, pero que no le pida peras al olmo y primero procure que los Monrreal, los Ebrard Casaubón, dejen de proteger y apadrinar a verdaderos delincuentes y que en el caso de la secretaria de la función pública, como representante del pueblo que es, exija que Irma Eréndira Sandoval, coadyuve con Santiago Nieto y dejen de darle vueltas a las denuncias que deben presentar ante la Fiscalía General de la república, para buscar que se sancione y vayan a la cárcel la bola de verdaderos delincuentes que al amparo del manto oficial, mantienen viva la bandera de la impunidad.

Regresando con Ahued, los malquerientes dicen, que es el único que podría salvar la pésima administración morenista del pelafustan Hipólito Rodriguez Herrero, para que el ayuntamiento de la ciudad de las Flores, no se pierda en la próxima elección.

El mensaje es claro, se buscaría quitarlo de la carrera por la gubernatura de Veracruz, ya sea como bombero o en una próxima elección. En todo esto, también  está luchando por apoderarse de la misma, Rocío Nahle, la todavía Secretaria de Energía. Los dos tienen un impedimento constitucional local, Ahued nació en Hidalgo y la señora Nahle en Zacatecas.

Pero mientras existan en la legislatura local ignorantes y títeres como Juan Javier López Casarín y su rebaño, en la legislatura se actuará al más puro estilo del “Varguitas” de la Ley de Herodes, clásico popular estelarizado por el actor de la 4T, Damián Alcazar.

¿Será la Ley de Herodes, una premonición más de lo que ocurrirá en Veracruz?