• Se es indiferente del derecho fundamental al desarrollo integral y armónico de la persona; la educación es bien social de todos: Arquidiócesis de Xalapa

Irineo Pérez Melo.- La desinformación sobre el acto educativo y todas circunstancia culturales, antropológicas, legales, sociales y políticas son, en cierta forma, una forma de agravio para todos porque se es indiferente en la custodia del derecho fundamental al desarrollo integral y armónico de la persona.
Lo anterior se desprende del comunicado emitido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, en donde se destaca que todos debemos estar bien informados sobre los temas de educación y, sobre todo, conocer muy bien las ampliaciones del derecho a la educación y el marco legal que lo rige.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, señala que la educación es un bien social, por lo tanto, nadie debe apoderarse de un bien que es de todos y para todos. Un modelo educativo inteligente y emanado de la participación de todos, sin exclusión de nadie, debe buscar la realización y existencia digna de todos los mexicanos.
En ese tenor, refiere que la participación de todos, cada uno desde el ámbito que le corresponde, nos ayudará a encontrar el camino de una solución en beneficio de los que han sido marginados del desarrollo humano y social.
En el inicio y base de todo gran avance integral y todo desarrollo para la persona está la educación. Por eso, la educación es un bien social que compete e implica a todos. Aunque los padres de familia son los primeros responsables de la educación de sus hijos, todos los ciudadanos tenemos corresponsabilidad en la formación de los ciudadanos de nuestra patria.
Se hace alusión al exhorto y demanda realizado por los obispos mexicanos en su Carta pastoral del Encuentro con Cristo a la solidaridad con todos, que todos debemos aspirar a “Perfeccionar el modelo educativo, para que afirme, sin exclusión de ninguna especie, el derecho al desarrollo integral y armónico de la persona humana a través del cultivo de conocimientos, habilidades, prácticas y virtudes morales basadas en valores objetivos”.
“Así las nuevas generaciones podrán poseer una conciencia rectamente formada, con un sano sentido crítico, con capacidades reales de participación y creatividad, que les permitan realizarse plenamente en la vida” (Número 294).
La conciencia rectamente formada, el sano sentido crítico y las capacidades reales de participación y creatividad en la vida pública y social nos demandan y exigen que no permanezcamos como meros espectadores de las problemáticas y dificultadas que se están dando este verano 2023 en torno a la educación, especialmente, en lo referente a los libros de texto, se señala por último.