La voz de arranque para la sucesión presidencial la dio el presidente de México cuando “destapó” a sus “corcholatas” como precandidatos de MORENA a sucederlo en el cargo. Por su olfato bien entrenado en esas lides sucesorias y electorales AMLO algo otea en el escenario nacional para impulsar el tema cuando aún no concluye la primera mitad de su mandato. No es para menos, porque advierte una oposición cada vez más dinámica, muy diferente a la anonadada de los dos primeros años, adquiriendo fuerza con la aglutinación de todas las fuerzas contrarias al gobierno actual. Por su larga experiencia, AMLO está consciente de la paulatina pérdida de poder de sus propuestas a medida que avanza el tiempo. Mucho tiene que ver la falta de cumplimiento de sus planteamientos de campaña, principalmente en materia de Salud, Economía y Seguridad Pública. Cuenta con el apoyo clientelar de sus programas sociales, lo sabe muy bien, de allí su expresión “Como tenemos el respaldo del pueblo, nos hacen lo que el viento a Juárez”. De allí también su anuncio de que seguirá recorriendo el país, tal cual lo ha venido haciendo desde hace dos décadas, es la campaña permanente. Tiene “voto duro”, sin duda; en cambio, ¿qué tiene la oposición? La respuesta la iremos conociendo según los acontecimientos por venir. Por el momento, lo único cierto es la calidad de gobierno de transición que está adquiriendo el encabezado por AMLO.