Alfredo Bielma VillanuevaAlfredo Bielma Villanueva

En su campaña para demoler en México los signos del neoliberalismo el presidente López Obrador dirige severas invectivas, muchas de ellas sacadas de la manga imaginativa, como ahora lo hace al asegurar que el feminismo y el ecologismo han sido fomentados por el referido modelo económico “para poder saquear al mundo…”, y agrega que para ese propósito se alentaron “la defensa de los derechos humanos y la protección de los animales”, solo como distractores para ocultar la actividad predadora de quienes estaban “saqueando al mundo”, dejando a un lado la desigualdad social y económica. Pero, en realidad no es así, porque el ecologismo y el feminismo son producto de la evolución social y de los efectos dañinos de la actividad humana e industrial al medio ambiente, además, son fenómenos sociales que germinan y prosperan en países donde la democracia propicia sustentos para su desarrollo, no así en el árido suelo donde el autoritarismo sienta sus reales e impone restricciones dictatoriales. Se entiende el prurito presidencial para esgrimir esa argumentación, pero carece de bases serias y sustentables, nada que ver con la realidad.