De nueva cuenta nuestra entidad figura en el plano nacional siendo punto de referencia en lo ridículo.
Sí, o de que otra forma se le podría calificar a lo presenciado el pasado fin de semana en la capital del país y donde el hijo de Atanasio fue el protagonista, un actor de quinta con un sequito de primera, frente a la sede del poder judicial federal.
Acompañado de su inventora, la que lo presentó ante el Lopez de Macuspana, la senadora Gloria Sánchez y una retahíla de amanuense diputados, se dio vida poniendo en mal a los más de siete millones de veracruzanos, dando pie a que los mexicanos pensaran que todos los veracruzanos somos iguales y no, para nada. Ellos son diferentes, son puercos.
Sin calidad moral, mucho menos altura jurídica, el hijo de Atanasio dio lectura a su arenga repitiendo las frases de su inventor, de ese que, en tono burlon, lo califica de honesto y trabajador.
No tuvieron que pasar muchas horas para que la sociedad diera muestra de esa solidaridad que le caracteriza y rechazara las ofensas vertidas por el hijo de Atanasio en contra de la mayoría de los togados.
Buena parte de los distintos sectores de la sociedad civil, en abierto, reprobaron el actuar del mandatario veracruzano, esa accion violatoria a la autonomía de poderes, algo que, por supuesto, el hijo de Atanasio no conoce.
El protagonismo del hijo de Atanasio fue tal que no midió ofensas en contra de la magistrada presidente Norma Piña, provocando, de inmediato, la reacción de intelectuales, juristas, la clase empresarial y dirigentes partidistas, entre otros.
Lo que llamó mucho la atención, y que dio lugar a suspicacias, fueron los ataúdes que pasearon los manifestantes, esos cajones que invitan mucho a la imaginación y que podría interpretarse como una seria advertencia, o al menos así lo entendió un buen sector de la población.
Otra de las situaciones graves que se presentaron fue la agresión a la prensa.
Acciones violentas por parte de los gorilas que le hicieron segunda al hijo de Atanasio y que terminaron en insultos e improperios a los periodistas.
Lo cierto es que la inmensa mayoría de la clase trabajadora, de las distintas dependencias del gobierno estatal, sólo están esperando la hora de la jornada electoral para cobrarle, en las urnas, toda esa represión que hoy en día están viviendo, todas esas amenazas de quitarles el empleo si no asisten a estos mítines, donde curiosamente el trabajador, de su propio peculio, debe cubrir sus viáticos. Lo anterior sin mencionar el los días de descanso que tenia destinado para una sana y fructífera convivencia familar.
Con las acciones emprendidas el pasado fin de semana, el hijo de Atanasio sólo refrendó que su verdadera vocación, que lo suyo, es lo gandul, el porrismo, todo un auténtico peleador callejero. Un auténtico vale madre.
Porque para eso de gobernar nada más no se le da al pobre solteron. Bueno y los que le conocen aseguran que su vocación es otra, que lo suyo es otro giro.
Vaya usted a saber a que se refieren.
Provecho.