Alfredo Bielma VillanuevaAlfredo Bielma Villanueva

Justamente dentro de 15 días estaremos en posesión del desenlace electoral de los comicios en Coahuila y el estado de México, para ese día se habrá despejado la incógnita relativa a cuál de las alianzas partidistas favoreció la voluntad ciudadana en sus respectivas entidades; para quienes están directamente involucrados en el desarrollo del proceso electoral de 2024 estos resultados son de vital importancia. La particularidad de ambas alianzas partidistas estriba en lo que cada una de ellas representa: Morena- Verde Ecologista y PT, la permanencia en el poder y la continuidad del proyecto político encabezado por el actual presidente de México; mientras que el PAN, PRI y el PRD representan el conducto a través del cual el sentimiento opositor de la sociedad podría canalizarse. No que la elección en la entidad mexiquense vaya a ser un “laboratorio” del proceso electoral de 2024, sino porque es el padrón electoral más numeroso del país, poco más de 13 millones de votantes significan un peso específico cuya importancia radica en que la alianza que obtenga el triunfo podrá manejar con mayor libertad los mecanismos de operación electoral, la jerarquía de esa circunstancia es indiscutible. Para la numeralia Coahuila podría quedar en el regazo priista y seguramente “Alito” lo aprovechará para venderlo como un gran triunfo, pero en términos electorales su padrón de votantes no pinta las estadísticas con mucho acento, pero ese triunfo podrá servir al manipuleo de una retórica insinuante sobre los “nuevos” tiempos del PRI, aunque la realidad ofrezca otros datos. Hegemónico lo fue el PRI también en el estado de México, pero justamente en la década de los años noventa, concretamente en la elección municipal de 1996 los resultados fueron de escándalo al perder ese partido 51 municipios, una derrota inédita, muy similar a la debacle sufrida en Veracruz un año más tarde, 1997, cuando perdió 107 alcaldías. En esta ocasión los partidos de la Alianza Va por el Estado de México gobiernan 78 de los 125 municipios de esa entidad, Morena gobierna en 28. El PRI ganó 52, de los cuales 20 fueron en solitario y 32 en alianza. La ciudadanía mexiquense luce entre las más politizadas del país, así lo demuestra su ya larga experiencia en alternancias en el nivel municipal, pues a partir del 2000 ha habido cerrada competencia entre el PRI y el PAN, a la que se incorporó en 2006 el PRD. En ese nivel de gobierno, el PAN y el PRD en el Estado de México han protagonizado genuinos encuentros electorales frente al PRI reflejados en el dominio de la zona oriente, Neza, Texcoco y Solidaridad, principalmente, por el PRD y el PAN con su “Corredor Azul”: Huixquilucan, Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Tultitlan, Cuautitlán, Coacalco, Ecatepec y Toluca. No obstante, el PRI ha mantenido el gobierno de la entidad, ¿podrá mantener ese estatus a partir del 4 de junio? He allí la cuestión.