Bernardo Gutiérrez Parra
“Mientras Claudia Sheinbaum vendrá a inyectarle oxígeno a Rocío Nahle, Xóchitl Gálvez viene a asegurar su triunfo en Veracruz junto a Pepe Yunes”; me dijo un analista político local al referirse al último viaje que ambas señoras harán como candidatas. Pero difiero de lo que comentó sobre la ex jefa de Gobierno.

Y es que a Claudia le importa pura corneta lo que suceda con la zacatecana. Lo que no quiere es que la arrastre en su derrota, de ahí que la entidad veracruzana y en especial Xalapa, donde los momios favorecen a Xóchitl, sean su prioridad.

Claudia viene a lo que viene: a pedirle a los veracruzanos que voten por ella. Lo otro; pedir el sufragio para su “amiga y compañera de tantas batallas” lo hará de carrerita y para cubrir el expediente.

Esto lo sabe o al menos lo intuye Rocío que en los últimos días se ha quejado de la campaña de odio y mentiras de la oposición; de los machos a los que se ha tenido que enfrentar y del lodo e injurias que ha recibido por su condición de mujer y de zacatecana.

Pamplinas.

Restregarle en la cara y con documentos en la mano propiedades que no puede comprobar con sus ingresos, ni es por odio ni son mentiras. Y como consecuencia de eso, el lodo y las injurias se los ha echado ella misma.

Pero si lo que quiere es ganarse la conmiseración de los veracruzanos anda bien perdida, porque los votos por lástima no le alcanzarán para llegar a la gubernatura.

Tampoco las encuestas a modo.

El domingo en Calcahualco y ante una escasa concurrencia, Rocío afirmó que la encuestadora Demotáctica Global Research le da 25 puntos de ventaja sobre Pepe Yunes.

Y se disparó: “Hoy la encuesta seria, la número uno de México, la número uno es la encuesta que siempre tiene resultados acertados y hoy nos dan a nuestro movimiento más de 25 puntos de ventaja. Le vamos a decir a la oposición que lo soporten, que ya paren de sufrir, que se tranquilicen porque Veracruz es mucho pueblo, es mucho pueblo y nosotros con información, con cara de los que estamos aquí (sic), estamos informando”, dijo a los aburridos asistentes.

Con tamaños números y a once días de la elección, cualquier candidato se tiraría a la hamaca, no así Rocío que cada día se estresa más, se desespera más y grita más.

Como balde de agua hirviendo debió caerle la noticia de que cuatro diputados de Morena (Marco Antonio Martínez Amador, Bonifacio Castillo Cruz, Fernando Arteaga Aponte y Cecilia Guevara Guembe que fue presidenta de la Mesa Directiva) le dijeron adiós al partido y volaron en busca de nuevos horizontes.

Mal la tiene darse cuenta que el palero que Dante Delgado le puso como candidato a la gubernatura en la persona de Polo Deschamps, no le restará a Pepe Yunes los sufragios necesarios para tambalearlo porque la mayoría de los emecistas votarán por el peroteño.

Y peor la tiene saber, porque lo sabe, que Pepe va arriba en casi todas las encuestas por más de nueve puntos de ventaja y sigue subiendo.

¿Qué le resta a la señora?

Al parecer sólo desesperados recursos como seguirse victimizando y tirándose al suelo a ver si en una de esas le toca el corazón a los indecisos; seguir presumiendo con encuestas a modo; seguir exigiendo a los exhaustos servidores de la nación que redoblen sus esfuerzos engañando a incautos con el cuento de que si no votan por ella se acabarán los apoyos, “y a ustedes se les acabará la chamba”. Y pedir por el milagro de la gubernatura.

Porque Claudia Sheinbaum vendrá a lo suyo lector; a rezarle a su santo. Si su amiga pierde no será su bronca. Mientras a ella le vaya bien, a Rocío que se la lleve el diablo.

PD. Tiene razón Rocío; Veracruz es mucho pueblo.

bernardogup@hotmail.com