El diputado del Distrito XI no solo está dormido en la Cámara… también está dormido en su responsabilidad con su Distrito .
Mientras miles de veracruzanos enfrentan inseguridad, pobreza y falta de medicinas, él descansa plácidamente en su curul, cobrando puntualmente su dieta, bonos y privilegios.
Dormir en el Congreso es símbolo de lo que representa su gestión: una vergüenza para el distrito y una burla para los ciudadanos.
Quien se duerme mientras el país se hunde, no merece seguir representando a nadie.
