Se me acabó la fuerza de mi mano izquierda, voy a dejarte el mundo, para ti solita…

Y tan solita se va a quedar en el mundo, que si no se prepara para lo que viene, podría sufrir el peor descalabro que jamás se hubiera imaginado.

Voy a dejarte, pues no me queda otro remedio…

Pues ya no queda otro remedio, porque el remedio resultó ser peor que la enfermedad. O sea, cuando descubran que la salud está en estado de coma y las finanzas ya pasaron a terapia intensiva, pues, simplemente, ya no va a haber otro remedio.

Acá entre nos, siempre te voy a recordar…

Y claro que te voy a recordar. Te voy a recordar quién te nombró, quién te puso allí y para qué te puso allí. Sí, siempre, desde donde  esté, desde casa de la ch…, siempre te voy a recordar. Ya lo verás.

Perdona si te hago llorar, perdona si te hago sufrir, pero es que no está en mis manos…

… Obvio, ya no va a estar en mis manos, pero tendrás que perdonarme por hacerte llorar.

Y así, al ritmo de la música, se va acercando el gran final, para cantar al final:

El final, se acerca ya, lo esperaré serenamente…

Todo hace indicar que el final no tendrá nada de sereno. Al tiempo.