SECAS MECAS / POR: OVED CONTRERAS

Los damnificados pueden esperar porque la Tía Berrinches y todo el gabinete ni sus luces el fin de semana… tenían días libres y no los aprovecharon para ir a ayudar en la Zona Cero, sino que prefirieron irse de pachanga para festejar el Jalogüinnn.

La emergencia la “atendieron” desde la capirucha con puro boletín de promesas: que todo ya está levantado, que “Veracruz se reconstruye” y que “ya no habrá más inundaciones en el futuro”… así merito lo dijo doña Zacatecas. Vean la página del Gobierno Estatal: que la zona de desastre ya es tema atendido y “a lo que sigue”.

Si nos atenemos a lo que afirma la goberneitar, pos uno se imagina que ya está a todo dar el norte veracruzano; que todo está limpio y reconstruido; y que los damnificados andan más que felices nadando —pero en la abundancia— y retecontentos porque las inundaciones les hicieron lo que el viento a Juárez. ¡Juar juar juar!
Eso quieren dar a entender las declaraciones de la Tía Corajienta, sus boletines y sus voceros en la prensa. Como quieren decir que “aquí no pasó nada” y sigan su camino… luego van a salir con que Poza Rica y Álamo están mejor que Dinamarca o Nueva York… todo gracias a la 4T. ¡Na más espérense!

Pero las malas lenguas intrigosas cuentan que la Tía Enojona se fue al mero Río Grande a honrar a sus difuntos… y tons no hay modo de dividirse en dos: estar en el norte de Veracruz o en su parroquia donde están sus ancestros. Pero apenas se fue el gato y acá hicieron fiesta los ratones… nadie se paró por el norte en estos días.

LE NEGARON LA SELFIE…
Los enterados cuentan que el chaparrón del Bienestar, durante los momentos más críticos posteriores a la inundación en Poza Rica, andaba desesperado buscando una foto con Ariadna Montiel, titular de la Secretaría del Bienestar, pero su círculo no se lo permitió… que cuando intentaba acercarse, la funcionaria puso tierra de por medio y le mandó a decir, a través de terceros, que es momento de ayudar a la gente, no de tomarse fotos.
Por eso últimamente el Carón fue subir puras fotos a sus redes de la gente anotándose en los censos y los eventos, pero de lejos… se retrata con la flota de a pie.

Incluso gente de Bienestar que sirvió de choferes en los vehículos donde se trasladaba Ariadna Montiel escuchó que la funcionaria dijo varias veces que Cazarín era puro postear en Facebook, pero que a eso no se debe ir a una zona siniestrada.

SOLO EN LA BÚSQUEDA…
Los que sí andan en el norte documentando periodísticamente la tragedia son los colegas Miguel Ángel Carmona y el fotoperiodista Raúl Estrella, y cuentan historias muy diferentes a las que dice la Tía Chío y sus corifeos: nada está de pie, nadie está contento y todavía siguen buscando a sus seres queridos que fueron devorados por las aguas.

Como el caso de Édgar Vargas, que a casi un mes del desastre todavía sigue buscando a su esposa y a su hija desaparecidas y nadie en el gobierno lo ayuda. Que doña Lutgarda Madrigal, de la Comisión de Búsqueda del Estado, ni siquiera le ha tomado la llamada y mucho menos se ha aparecido en la región para atender ese caso y los de otras cinco familias más que buscan a sus desaparecidos.

Vale la pena leer el texto que el colega Carmona posteó en sus redes sociales:
“Desde hace 25 días, Édgar Vargas no ha hecho otra cosa que buscar a su esposa, la maestra Lupita, y a su hija Allison, de 7 años. La casa donde ambas rentaban, en la comunidad de Chahuatlán, fue devorada por el río Ilamatlán durante las inundaciones en el norte de Veracruz.
Édgar ha recorrido comunidades enteras (clínicas, albergues y morgues) buscando pistas de sus tesoros pero no ha tenido suerte. Por instrucciones de la gobernadora Rocío Nahle, tres policías de la Unidad Canina de la SSP lo han acompañado en su caminar a lo largo de esta peligrosa afluente que conecta a Veracruz con el estado de Hidalgo.
El colega incluso pidió en sus redes a conocidos que ayuden a compartir la información de estas mujeres y que alienten a Édgar con sus mensajes. Hoy sus días son así: dormir por las noches en un albergue de Poza Rica, para al día siguiente tomar un helicóptero y seguir buscando por todos los rincones del río Ilamatlán. ‘No hay día que no piense en ellas’, dice Édgar, y les promete que las va a encontrar. Estoy seguro que así será”, escribió.

También hubo el caso de un joven de 23 años de Martínez de la Torre que se fue de voluntario como rescatista con lancheros de Costa Esmeralda para rescatar damnificados del río Tecolutla en Papantla, pero la lancha se volcó; sobrevivieron dos lancheros y solo ese muchacho no lo encontraban… su familia estuvo casi tres semanas metida en el río recorriendo kilómetros del afluente sin ayuda oficial, solo un buzo de Martínez de la Torre que se unió a la búsqueda, hasta que encontró su cuerpo sin vida: Orlando López Tapia.
Y para variar, tuvieron que enfrentar un viacrucis para poder sacar el cuerpo del río porque no había servicios periciales en Papantla ni personal de guardia, y los restos de Orlando tuvieron que quedarse 24 horas más en el agua hasta que llegó el fiscal a dar fe del hecho y entregarlo a la familia.

Eso contradice todo lo que aseguran en el Gobierno Estatal: que todo está “rebién”, que la tragedia ya está superada, que es cosa del pasado, y que los de allá están retecontentos con la atención “cuatrotera”. Que se los crea quien no los conozca.