IMPRONTA / POR: CARLOS MIGUEL ACOSTA BRAVO

La deuda total de Petróleos Mexicanos (Pemex) asciende a aproximadamente 100,300 millones de dólares (equivalente a más de 1.8 billones de pesos), cifra que ha crecido un 2.7% en el último año, situándola como una de las empresas con mayor endeudamiento a nivel mundial, el embargo a maquinaría propiedad de una de las empresas del magnate Carlos Slim oscurece las acciones acciones presentadas recientemente y cuestionan el avance del rescate financiero.

Respecto a las pérdidas, Pemex reportó una pérdida neta de 61,242 millones de pesos (aproximadamente 3,344 millones de dólares) en el tercer trimestre de 2025, aunque esta cifra representa una reducción del 62% frente al mismo periodo del año anterior (cuando perdió 161,455 millones de pesos). Las razones de estas pérdidas incluyen: Menores ventas de crudo y productos petrolíferos, tanto en volumen como en precios internacionales, con caída de más del 11% en ingresos por ventas debido a bajos precios y menores exportaciones.

Deterioro de activos financieros y pérdidas en derivados. Mayores gastos en impuestos, así como un descenso en la producción total de hidrocarburos (4.6%), con caída de 6.7% en hidrocarburos líquidos y leve aumento del 2.5% en gas natural. La empresa ha compensado parcialmente con una reducción del 10% en costos de ventas y un impulso del 4.8% en refinación.

Este déficit se compara favorablemente con periodos anteriores, mostrando mejoría en eficiencia operativa, pero sigue reflejando retos estructurales, producción en declive y costos elevados. Los resultados trimestrales se interpretan en contexto con el Plan Estratégico Pemex 2025-2035, que contempla inyecciones de capital y reformas fiscales para mejorar la liquidez y reducir deuda. Sin embargo, los datos son contradictorios con la información vertida en fechas recientes lo cual causa dudas sobre la consistencia de la salud financiera de la paraestatal.

Pemex enfrenta una gran deuda histórica y pérdidas trimestrales significativas, aunque en descenso, afectadas por menores precios de crudo, producción en baja y gastos fiscales. La gestión del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum  busca estabilizar resultados para evitar impactos mayores en sus finanzas y en la economía nacional.

Desglose por rubros de la deuda financiera de Pemex en 2025. La deuda financiera de Pemex en 2025, que asciende aproximadamente a 100,300 millones de dólares (más de 1.8 billones de pesos), se compone de varios rubros clave, cada uno reflejando diferentes obligaciones y fuentes de financiamiento. El desglose general es el siguiente:

La deuda a largo plazo representa la mayor parte, con bonos y créditos bancarios y multilaterales que Pemex contrató para financiar inversiones en exploración, producción y proyectos estratégicos. Esta deuda tiene vencimientos a varios años y tasas variadas, incluyendo deuda en dólares y pesos.

La deuda con proveedores y acreedores comerciales aumentó en 2025 alrededor del 37%, alcanzando cerca de 200,000 millones de pesos, resultado de pagos pendientes por servicios, insumos y suministros para operaciones diarias. Esta deuda, aunque de corto plazo, representa una presión importante para la liquidez e incluso está representando problemas para la economía local del estado de Campeche, por el embargo de cuentas bancarias por el SAT que esta disminuyendo la actividad económica en ese estado.

Los pasivos fiscales y contingencias incluyen impuestos diferidos, multas y pasivos legales derivados de auditorías y disputas fiscales, que suman varios miles de millones, aunque no siempre son considerados en la deuda financiera estricta.

Este conjunto refleja un perfil de deuda diversificado pero elevado, que aumenta la presión financiera sobre Pemex y exige gestión rigurosa para evitar riesgos mayores para la empresa y la economía nacional.

En conclusión, la deuda financiera de Pemex en 2025 causó un revuelo importante entre analistas económicos del país, pues aunque se compone principalmente de deuda a largo plazo por bonos y créditos, deuda con proveedores en crecimiento, pasivos fiscales y deuda a corto plazo, además de créditos y apoyos estatales para sostener la operación y que están representando problemas para la recuperación y confianza de la empresa y amenaza incluso la economía nacional.