JOSE LIMA COBOS

El exsecretario de la defensa nacional en el gobierno de Peña Nieto, general Salvador  Cienfuegos, ha sido puesto en libertad ,por parte del gobierno norteamericano,  al desestimar  los cargos  de narcotráfico y lavado de dinero, por el  que había sido detenido y en unos días más, será entregado a las autoridades mexicanas, y, como papa caliente para que aquí se le investigue y si existe la probable responsabilidad en algunos ilícitos, se le juzgue con rigor elemental, justicia a secas.

No existe precedente de que el gobierno de los  Estados Unidos   haya desestimado los cargos imputados a  algún  funcionario mexicano,  por las   investigaciones  que sus agentes de la DEA, acreditados en nuestro país , hayan  realizado , pero tampoco,  ninguno de los que se mencionaron tuvieron la osadía de ir de vacaciones a ese país, y  es la primera ocasión en que se da un acontecimiento de esta magnitud, algo inusitado.

Sin duda , que este acontecimiento se da , después de que el gobierno de López Obrador se mostraba molesto porque no se había informado, con  antelación de que se tuviera en curso una investigación contra el exsecretario de la defensa y se dejó sentir la inconformidad porque, si el gobierno mexicano ha colaborado con el gobierno de  aquél país, lo correcto es intercambiar información y no actuar a raja tabla, como en el caso de Camarena- agente de la DEA asesinado en Jalisco-en que se los que participaron en ese hecho, fueron secuestrados y juzgados en Estados Unidos, con esto se deja sentir que no se volverá a ser pelele de ningún gobierno  extranjero.

Siempre se ha dicho y se dijo , que Beltrones y Bartltle, -exgobernador de Sonora y ex secretario de Gobernación con de la Madrid – que  no   se arriesgarían a  ir a Estados Unidos, pues se tenían abultados expedientes involucrados en delitos de tráfico y lavado de dinero, sin embargo, en  México nada se sabía, por lo mismo , no es casual lo  que sucedió con el general Cienfuegos, pues existe el  temor fundado de que aquí no se procedería contra un alto funcionario, distinto  el caso de García Luna, que se encuentra detenido  después de haber ejercido el cargo de Secretario  de Seguridad Pública, con el presidente Calderón-hace doce años- y no es hasta ahora, en que se hace justicia,  mientras en  nuestro no existía ni la remota idea de que se haría algo en este caso y el temor era que se prohibía molestar a los intocables.

Si bien una golondrina no hace verano, el caso de Cienfuegos, pone a prueba a la justicia mexicana, pues sabido es que los gobernadores mexicanos que han sido enjuiciados, es porque el gobierno norteamericano les ha abierto expedientes y enjuiciados , en tanto, las autoridades mexicanas son omisas y proclives  a la complacencia, es decir, se ha estado viviendo un régimen de chueco  y las pruebas abundan, pues ahí  están las condenas de cortes internacionales contra el país por violación a los derechos  humanos en que la Suprema Corte de Justicia, cual cómplice de las injusticias ,- vive solo para hincarle el diente al presupuesto público y vivir togado en la más espantosa ignominia-, pues  el caso de Medina Mora y los demás integrantes de la segunda sala, que aprueban una jurisprudencia para que el Estado mexicano no pueda incautar bienes que provengan de procedencia ilícita, si antes no existe una reclamación de un gobierno extranjero, es decir , vasallaje  común y corriente al formar parte del bandidaje  generalizado.

Si lo anterior no  fuera suficiente, los gobernadores rapiñeros, – cárteles peores que los delincuentes comunes-  aliados  en los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional, de la Revolución Mexicana y Movimiento Ciudadano, pretenden  chantajean al presidente para que les destine más recursos de la nación, a efecto de seguirlos consumiéndolos  en derroches corruptivos, sin que nadie los paren pues, por aquello de la autonomía e independencia, hacen y deshacen a su antojo sin castigo alguno, cúmulo de leyes que atolondran a la sociedad y que no se observan.

Cuando la esperanza de este país está en acabar con la  corrupción e impunidad, el caso del general Cienfuegos pondrá a prueba la institución presidencial que se desgañita  todos los días por hacer que  se entienda, lo que aún no se quiere entender , que hay que cambiar a fondo, sin embargo, que no sea la arbitrariedad  de los pasados gobiernos que permeo al país, pero que se proceda sin ningún miramiento contra quien resulte real y auténticamente  responsable, pero como se afirma, por los hechos se conocerán.

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