EL BALDÓN / POR: JOSÉ MIGUEL COBIÁN
Resulta absurdo el nivel de la discusión pública en nuestro país. Todos los días uno o varios nuevos escándalos distraen al pueblo, a tal grado funciona el método de llevar el circo todos los días a la discusión pública, que los escándalos de ayer, esos que debería ser muy importante resolver para mantener un rumbo favorable, esos escándalos son olvidados y jamás resueltos. Es decir, la cadena de daños al país y a los mexicanos aumenta sus eslabones día con día, sin que nadie se ocupe de hacerla más pequeña.
El caldo de cultivo está a la vista, una población que no lee, que no se informa, que no tiene una opinión fundamentada. Una población que se cree lo que le dicen o informan sus gurús, ya sea la propaganda oficial -que es muy poderosa-, o la propaganda anti gobierno, -que a veces surge del propio gobierno-.
México ha sido un país que se ha caracterizado una y otra vez, por perder TODAS las oportunidades que se han presentado para elevar el nivel de vida de la población a niveles sustentables. México es el eterno país en vías de desarrollo que jamás logra el desarrollo. El país del ¨ya merito¨. Perdimos la oportunidad de los elevados precios del petróleo en tiempos de Fox y Zedillo, aprovechamos a medias la oportunidad del tratado de libre comercio de Salinas, desperdiciamos totalmente la oportunidad de la relocalización o nearshoring en tiempos de López Obrador, y ahora estamos desperdiciando la oportunidad que nos brinda la política del presidente Trump generada por los fallos de las cadenas de suministro durante el COVID, que provocaron que Estados Unidos tenga como prioridad estratégica tener proveedores y socios de negocios afines y lo más cercanos posible.
El mundo está observando como Estados Unidos padece una fiebre de inteligencia artificial, y México es un espectador pasivo. La sangre que corre por las venas de la IA es la electricidad, no sólo necesaria para industrializar un país, sino ahora, para abastecer la ingente demanda de los centros de datos. Y México durante el sexenio pasado y lo que va de éste, obstaculiza el incremento de producción y transmisión de electricidad, como si estuviera gobernado por sus enemigos, que lo quieren ver postrado. Al país no le importa la ideología, importan los resultados. Pero es la ideología el gran freno de hoy.
Mientras la mayoría de las empresas que cotizan en el SP500 muestran resultados en rojo o laterales, las empresas dedicadas a la tecnología son la que generan el crecimiento económico de Estados Unidos. Son tan grandes sus inversiones que tan sólo Google acaba de firman un contrato con un proveedor de electricidad, que va a requerir que echen a andar una planta nuclear del tamaño de Laguna Verde, sólo para abastecer a ese único cliente.
De ese tamaño es la demanda eléctrica en USA. Y no tienen suficiente electricidad. Nosotros no tenemos ni para prevenir picos de demanda en tiempos de calor extremo.
En lo personal, considero traidor a la patria, a cualquier mexicano, ya sea en el sector público o privado que frene el desarrollo del país. Un país que tiene todo para estar en el grupo de naciones desarrolladas, cuyo gran obstáculo son los propios mexicanos, que una y otra vez, buscan su beneficio personal, en lugar del beneficio de la nación.
México va a ser dependiente de los centros de datos de Estados Unidos, aquí ni siquiera se han adaptado los planes de estudio para incluir el aprendizaje y uso de la inteligencia artificial. Lo que implica que la mayoría de los jóvenes que se integren al mercado laboral, no van a encontrar lugar en los niveles inferiores de la escala laboral, para iniciar su carrera ascendente, porque esos lugares ahora serán ocupados por la propia inteligencia artificial.
No sólo eso, habrá despidos en muchos sectores económicos en los cuales la IA va a sustituir a los trabajadores, y México no está preparado ni para capacitarlos para obtener las nuevas habilidades que se van a requerir, ni para crear puestos de trabajo para ellos en algún otro sector económico. La economía mexicana funciona en su mayoría de manera similar a como lo hacía en la época de la colonia, salvo algunos sectores que se han adaptado y tienen niveles de competencia mundial. Falta visión y políticas económicas de largo plazo.
Los actuales diputados y senadores federales, que deberían ser los primeros en ocuparse para crear ese México del mañana, no tienen ni la mínima intención ni la mínima capacidad para hacerlo. Son personajes elegidos por su lealtad a un proyecto político sin importar su elevado nivel de ignorancia. La población en general no tiene la menor idea de tsunami que se viene encima en los próximos años, además de que su carácter apático y sumiso evita que exija algo positivo de sus gobernantes. El poder ejecutivo está muy ocupado tratando de sobrevivir (no de resolver) los errores del pasado sexenio. México no tiene remedio, seguirá hundido en la mediocridad.
Observar la lista de despidos programados de algunas empresas de Estados Unidos pone los pelos de punta. Si más de cien mil perderán su empleo en solo unas cuantas empresas, ¿Qué va a pasar con los demás? Si en México la economía informal proporciona el 53% del empleo total, ¿Cuántos empleos más puede absorber? ¿Es viable una economía con más del 50% de su empleo en la informalidad? ¿Alguien va a comenzar a pensar cómo enfrentar y cómo resolver estos problemas que vienen más rápido de lo que nos imaginamos?
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