Jesús J. Castañeda Nevárez

Dicen que cuando las hijas se enamoran de un mal hombre, aunque los padres expongan toda la argumentación y evidencias posibles, van a chocar con la misma cantidad de argumentación, pero en sentido contrario, aunque sin poder desmentir las evidencias presentadas, pero para el caso no importa, porque las justificaciones tendrán mayor peso y la decisión final estará en la infortunada enamorada que un día tendrá que reconocer que sus padres tenían razón, pero que ya ni modo, lo hecho, hecho está.

En las elecciones del 2018 las expectativas eran altísimas, en parte por la desilusión de las experiencias pasadas y en mucho por las promesas que hicieron que el electorado se volcara convencido de que todo iba a ser una eterna luna de miel.

Las pocas voces que se levantaron para advertir que el candidato era un peligro para México, de inmediato fueron calladas con una abrumadora cantidad de evidencias de corrupción y abusos de los políticos que hasta ese momento habían ocupado los espacios de gobierno y que significaron el hartazgo de los mexicanos que estaban dispuestos a otorgarle prácticamente un cheque en blanco a López Obrador.

Aún no iniciaba la luna de miel y ya se comenzaron a dar los “detalles” que debieron alertar, pero que en ese momento sonaron como si fueran una genialidad, por el anticipo de que la obra del Aeropuerto de Texcoco sería cancelada.

Luego el discurso de satanizar el avión presidencial y asegurar que se vendería, aunque no se podía vender porque todavía se debía; entonces se rifó pero no se entregó y finalmente se vendió pero extrañamente todavía se incluyen pagos en el presupuesto de egresos 2024.

Las promesas incumplidas fueron cayendo en cascada: el ejército no regresó a los cuarteles y al contrario, se les asignó la realización de las obras emblemáticas del gobierno de la 4t; y así como esa, muchas promesas y muchas acciones resultaron contrarias a lo esperado.

Hoy millones de electores ya despertaron y están decididos a romper ese pacto del voto incondicional, para intentar rescatarse en una nueva opción; pero, otros muchos siguen embelesados creyendo en que lo que dice López Obrador es palabra santa y sagrada, que se está cumpliendo fielmente y si no se ha cumplido, es porque la gente le pone muchos obstáculos o porque no se lo quiere reconocer.

Estamos ya ante el proceso electoral para elegir el relevo en la Presidencia de la República y la candidata oficial vuelve a repetir las viejas promesas que no se cumplieron y sin reconocer ese pequeño detalle, todavía compromete un segundo piso de esas mismas promesas, a lo que muchas gentes aún le creen y la defienden, dispuestos a romper relaciones familiares o de amistad con los que opinen lo contrario.

Podríamos esperar a que el daño ocasionado por Morena y la 4t acabe con la sonrisa y el entusiasmo de los fanáticos que hoy gritan entusiasmados y confirman su voto a favor de la copia de amlo, pero tristemente ya sería demasiado tarde y la afectación llegaría a ésta y la siguiente generación, esto es, nuestros hijos y nietos que podrían acabar buscando comida en la basura, tal como sucede en Cuba y Venezuela, los países preferidos de Amlo y su pandilla. Porka Miseria.