CAMALEON / POR: ALFREDO BIELMA VILLANUEVA
Fue prodigo el primer gobierno de la Cuartat en promesas, en programas salvadores de la nación para rescatarla de los malos gobiernos que no pasaban de un crecimiento anual del 2.5 por ciento, que tenían a Pemex al borde de la quiebra, corruptos, cómplices de los malandrines por eso la elevada inseguridad, bastará, se decía desde la campaña de 2018, con llevar a López Obrador a la presidencia de la república para transformar a este sufrido país. Pero, ¡Oh decepción! resultó peor el remedio que la enfermedad, comenzando con la desaparición del Seguro Popular y el inacabado proceso de surtir medicamentos e insumos hospitalarios que mantienen en grave predicamento al Sector Salud y un descuidado mantenimiento a los nosocomios de ese sector. Una red carretera bastante precaria en los estados del sur, Veracruz podría ser la insignia en ese caso. Quedaron en sueño de noche de verano la soberanía energética y la soberanía alimentaria, entre los grandes fracasos del gobierno mexicano de 2018 a 2024 encabezado por el santo patrón de la Cuarta T.
Durante casi cuatro años de ese gobierno López Obrador visitó innumerables ocasiones las refinerías instaladas en el país, particularmente la de Salina Cruz y la de Tula donde se instalan las coquizadoras para refinar crudo pesado, reducir la producción de combustóleo y aumentar la generación nacional de gasolinas. En cada visita presidencial florecían los discursos: México ya no iba a depender de gasolina importada, toda la produciríamos en el país. Pero todo quedó en suspenso porque en Tula la coquizadora tiene un avance de 85% y la de Salina Cruz un 74%. Según aquel cuento alcanzaríamos la “autosuficiencia energética” en 2024, pero, igual al ya merito de Dos Bocas, el anterior director de Pemex aseguró que “va a entrar ya en producción completa en el primer trimestre de 2025”. Y como va, tampoco entrará en operación en 2026. Es decir, nada de “soberanía energética”, pero tampoco la corrupción llegó a su fin con el arribo de AMLO- En el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por Transparencia Internacional, México obtuvo 26 puntos sobre 100, lo que lo ubica en la posición 140 de 180 países evaluados. Para nuestro “consuelo” más abajo están Guatemala, Paraguay, Honduras, Haití, Nicaragua y Venezuela. En 2012, México tenía 34 puntos y ocupaba el puesto 105, pero en 2024 bajó al 26. Y en crecimiento económico, aquel “mediocre” crecimiento del 2 por ciento de antaño sería un milagro alcanzarlo ahora que crecemos a menos del 1 por ciento. Sobre la inseguridad en tiempos de AMLO da pavor repetirlo: 199 mil 610 homicidios y 51 mil 701 desaparecidos, todo un récord. Conste, en estas cifras no se incluyen entre los desaparecidos ni los órganos autónomos ni los fideicomisos. Ojalá el segundo piso encuentre mejores cimientos.
