Algunos estados y municipios tienen y operan sus propias aeronaves, siendo un tema de discusión en la agenda pública, pero que al final suele justificarse su adquisición y operación.
El transporte aéreo en los últimos tiempos es una necesidad para los gobiernos estatales y en algunos casos hasta municipales. Siendo una decisión discrecional, alcanza lo legal, pues en muchos casos ha contribuido a salvar vidas humanas en situaciones de emergencia. Contar con una flota aérea no debe traducirse en un gasto injustificado, sino en una herramienta de transparencia y eficiencia.
Entre los principales argumentos destacan la atención de emergencias, seguridad pública, conectividad y apoyo a servicios públicos como rescates, traslado médico, ambulancia y ayuda humanitaria en zonas de difícil acceso —caso de los helicópteros— en un estado como Veracruz, con una amplia extensión y geografía compleja, las aeronaves permiten el traslado seguro y eficiente de servidores públicos para atender urgencias, supervisar obras o sostener reuniones de coordinación.
Tan solo el sector de Protección Civil, Salud, Seguridad Pública y Medio Ambiente —incluyendo a la titular del Ejecutivo, Rocío Nahle— requiere utilizar aeronaves con regularidad.
En el sexenio del gobernador Alemán hubo voces, sobre todo del PAN, que criticaron la adquisición de helicópteros Bell; sin embargo, esos equipos demostraron su valor al salvar vidas en las inundaciones de 1999 y en hechos similares durante el gobierno de Fidel Herrera en 2010, además de servir como ambulancias aéreas junto con un avión King Air que se sabe aún existe.
La adquisición, mantenimiento, salarios de pilotos, seguros y operación de la flota aérea no representan un gasto, sino una buena inversión de los recursos públicos. Se trata de equipos ajenos al lujo y cercanos a la eficiencia, operados bajo estrictos protocolos de transparencia conforme a la normativa vigente, incluso internacional.
La basta orografía de Veracruz —como es el Pico de Orizaba, aunque el INEGI lo ubique erróneamente en Puebla— y sus amplias costas nos enseñan que el clima puede ser tan extremo como impredecible.
En materia de aeronáutica, históricamente se han atendido miles de casos relacionados con desastres naturales, rescates, traslado de enfermos y órganos humanos, coadyuvando en la atención ciudadana. Protección Civil, Seguridad Pública y Salud son sectores prioritarios que requieren coordinación y respuesta inmediata.
Expertos con los que he conversado en materia de aviación pública y quienes han operado las aeronaves adquiridas por el gobierno de Veracruz — como los modelos LEONARDO (Agusta) y BELL— recomiendan la compra de equipos capaces de operar de día y de noche, y cumplir misiones en condiciones climatológicas extremas como es en Veracruz.
La flota actual, con más de 25 años de servicio, ha rendido su costo con creces, pero ya requiere renovación. La inversión debe verse en términos de costo-beneficio, pues salvar una vida o trasladar un órgano vital no tiene precio.
El anuncio de adquisición de helicópteros prevé al menos tres Agusta TREKKER (bimotores y monomotores Koala), multipropósito: ambulancias aéreas, unidades contra incendios, con gancho de carga y versión VIP. Son aeronaves rápidas, confiables y de alcance probado, utilizadas en países como Suiza (Swiss Air-Rescue REGA) y en México por el Grupo Relámpagos. Así que las pláticas con Bell avisan de buenas noticias.
Estos equipos reducirían costos operativos por hora de vuelo, dado su mantenimiento menor al de otras categorías. Además, se podría actualizar el King Air, una nave potente y versátil para carga o traslado de víveres, y conservar el Lear Jet 45 (Tajín) para vuelos especiales de la Gobernadora y su equipo, no estaría mal.
Veracruz también requiere reabrir pistas que existieron y fueron destruidas, mejorando su conectividad. A menudo, las decisiones en materia de aviación se toman por criterios políticos y no técnicos; es tiempo de revertir esa tendencia por desatención oficial.
Ojalá las nuevas autoridades aprendan de los errores del pasado. La compra de estas aeronaves, aunque de alto costo inicial, representa una inversión en vidas humanas. Pilotos con los que he dialogado coinciden en que recibir agradecimientos de quienes fueron rescatados o auxiliados es el mayor reconocimiento a la visión y esfuerzo de los gobernantes que apostaron por la modernización aérea.
DE SOBREMESA
Veo con beneplácito el anuncio de la Gobernadora Nahle, que refleja visión de modernización. Rodearse de personas técnicas y responsables permitirá tomar las mejores decisiones en la compra de las aeronaves que se dice podrían adquirir.
¡ES CUANTO!
enriquezambell@gmail.com;
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