DESDE EL CAFÉ / POR: BERNARDO GUTIÉRREZ
En casi cualquier país del mundo, lo que se recolecta en una caseta de peaje es para darle mantenimiento al puente o autopista donde está instalada, y se supone, ese dinero sirve además para hacer otros puentes o autopistas. Las casetas de peaje de Japón son de las más caras del mundo y si ningún japones respinga, es porque hay que ver las autopistas y puentes que tienen; todas y todos de primer mundo. Y ahí está Andy López Beltrán que no me dejará mentir.
México es uno de esos países donde pagas un dineral de peaje para circular en autopistas llenas de hoyancos, que tienen el plus de que si te bajas de tu auto para ver cómo quedó la suspensión o una llanta después de caer en un cráter, de seguro te asaltan. Es decir, pagamos mucho por circular en pésimas e inseguras carreteras.
Otra cosa, se supone que una caseta tiene un determinado tiempo de vida, pero esto está alejado de la verdad. Cuando se inauguró el puente de Tuxpan el 18 de marzo de 1961, se dijo que la caseta duraría quince años en lo que se recuperaba lo invertido en el puente… y ya va para quince lustros.
Hay tramos carreteros donde sale más caro el caldo que las albóndigas y uno de éstos es el que va de México a Acapulco por la Autopista del Sol. Esta autopista tiene 367 kilómetros de longitud y cinco casetas de peaje. Si la recorres de ida y vuelta lector, el viaje te saldrá más caro que si te subes a un avión para hacer el mismo recorrido.
Si las carreteras federales y estatales estuvieran en buenas condiciones y fueran seguras, nadie pegaría de reparos por pagar lo que fuera de peaje, pero no es así.
La caseta de Fortín formaba parte de la Autopista Córdoba-Veracruz que tardó una eternidad en construirse. Esta caseta siempre fue mal vista por los automovilistas porque la autopista está en malas condiciones, no es segura y el peaje era caro: 270 pesos por automóvil todavía en 2025.
Como candidata a la gubernatura, Rocío Nahle prometió quitarla y como gobernadora lo cumplió, pero…
Ahora resulta que en lugar de una caseta habrá dos en ese mismo tramo, lo que ha puesto furiosos a los automovilistas de la zona y a los camioneros que utilizan de manera cotidiana esa vía.
Y las protestas no se hicieron esperar lo que obligó a la gobernadora a decir que esas dos casetas no se van a construir, pero el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) dice otra cosa.
De acuerdo con documentación oficial, el próximo 18 de noviembre se dará a conocer el fallo de la licitación oficial para que de inmediato arranque la construcción de esas dos casetas, que estarán en el tramo carretero Córdoba-Orizaba-Ciudad Mendoza.
Al saberlo, la gente de aquella zona se enchiló, la gobernadora intervino para apaciguar los ánimos y reiteró su negativa a la construcción, pero Banobras dice que las casetas van.
Urge un diálogo entre autoridades federales, estatales, Banobras y los posibles afectados porque de lo contrario habrá bronca y broca gruesa.
En lo personal lector y salvo tu mejor opinión, soy partidario de las casetas de peaje, siempre y cuando haya mejores y más seguras carreteras.
¿Tu qué opinas?
Álamo se pone de pie
Desde la semana anterior y por instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la gobernadora Rocío Nahle, el subsecretario de Gobierno José Manuel Pozos Castro, se encuentra coordinando las labores de rehabilitación que los tres niveles de gobierno están llevando a cabo en Álamo, uno de los municipios que junto con Poza Rica, resultaron con más afectaciones tras las fuertes lluvias del 10 de octubre. Y la recuperación está avanzando a grandes pasos.
De acuerdo a reportes periodísticos y de los mismos habitantes, ya están limpias casi la totalidad de las calles del municipio lo mismo que los caminos que llevan a las comunidades rurales.
Ya se abrió el Registro Civil al que pueden acudir las personas que perdieron sus actas de nacimiento o matrimonio. El servicio de energía eléctrica ya se restableció casi en su totalidad, casi todas las escuelas están limpias lo mismo que los hospitales y clínicas. La ayuda que sigue llegando se reparte de manera equitativa entre los más necesitados y los servicios médicos funcionan al 100 por ciento.
Ya abrieron decenas de comercios, el mercado empieza a funcionar con normalidad. “Ya hay vida en Álamo”, dijo uno de sus habitantes.
“Ha sido una tarea titánica, pero con el auxilio del Ejército, Marina, Guardia Nacional, personal voluntario y la misma ciudadanía, Álamo se está levantando”, me dijo una persona cercana al subsecretario.
Bien.
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