No puede llevar a cabo ni un debate, será imposible que los resultados electorales no tengan cuestionamientos

El INE no sale de una bronca cuando entra a otra, cuando no es la intromisión a un programa radiofónico de otro país, es la señal que recuerda, INEvitablemente la caída del sistema en las elecciones de 1988. Es decir, que el INE estaba mejor cuando estaba “peor”.

A una hora de que iniciara el segundo debate presidencial, colapsó el servicio de internet en el área de prensa instalada en un espacio de los Estudios Churubusco, provocando el descontento de la prensa nacional y extranjera, cuyos integrantes debieron ser muy creativos para poder realizar su trabajo, ya que la señal se iba a cada rato, casualmente cuando una de las candidatas estaba hablando.

Ya había sucedido durante el primer debate, pero se le adjudicó a la falta de experiencia de los operadores del INE, pero esta vez la incapacidad llega a pedir cabezas, pero como el INE no se equivoca y tiene niveles de perfección, seguirá exhibiéndose ante los mexicanos y el mundo, hasta que pierda totalmente la credibilidad.

Anteriormente algunos grupos de ciudadanos salían a la calle a proteger al INE, con una cancioncilla que decía en las pancartas “El INE no se toca”. Cuando el peor enemigo del instituto son los propios consejeros electorales.

Desde luego, en la sala de prensa los comunicadores anunciaron que puede suceder lo mismo con el PREP de resultados preliminares y que no es un accidente sino el ensayo general de un fraude.

Las fallas técnicas son un mal presagio y esto nunca debió suceder; sin embargo, cuando se pensó que el árbitro electoral no podía estar peor en tiempos de Lorenzo Córdova ahora vemos que fue superado en incapacidad e improvisación de las tareas que le son propias.

Si quien coordina las elecciones no puede organizar un debate, menos puede llevar a cabo una elección de las dimensiones que se esperan el 2 de junio. Cientos de representantes de medios de comunicación, entre reporteros, camarógrafos, fotógrafos y técnicos se vieron impedidos a realizar su trabajo, esto quiere decir que lo que sucede en el INE es algo aislado que nadie puede difundir ni puede dar cuenta de lo que sucede a pesar de tratarse de un acto eminentemente democrático.

De nada sirvieron ensayos, fotografías, pruebas, para que a la hora de la verdad simplemente se clausurara la información que debió ser puntual y precisa. El INE debe mostrar responsables y despedirlos. En el debate anterior fue evidente que el reloj corría cuando una candidata estaba callada y los moderadores simplemente debían improvisar para justificar lo inexplicable, ante la falta de precisión de transmisión.

La actual situación del INE exige una reforma electoral urgente, pero como la oposición rechaza todo cambio, porque apenas es capaz de conocer lo poco que existe, sería imposible que advierta e interprete cambios y su aplicación práctica, por ello prefiere cuestionar todo el tiempo en lugar de proponer.

Desde que hay ganadores y perdedores en el debate, sus contenidos dejan de ser proyectos y programas para dar lugar a los insultos y las descalificaciones, la mayoría de las veces sin fundamentos. Ya no es un concurso de críticas sino de mentiras y esto debe regularlo el INE. No debe haber acusaciones, para eso están los medios, sólo deberían darse a conocer programas de gobierno, los debates se realizan para conocer las propuestas de nación que los candidatos tienen, pero cuando se cuestiona en lugar de trabajar quien pierde es el pueblo de México y resulta con golpes contusos la democracia.

Los debates no son una pelea de boxeo, ni el set, que todavía no saben preparar, es un cuadrilátero, pero la presión que ejercen los medios para que haya un ganador, impone criterios absurdos al INE, y cede ante las exigencias de medios que lo que quieren es ver sangre, morbo, derrotas dramáticas, escándalos.

Al INE le hace falta poner reglas claras, hasta en la lucha libre las hay y también hay descalificaciones, pero en los debates se vale todo tipo de excesos. Hubo acusaciones no sólo irresponsables sino graves de parte de la candidata de la oposición que parecía peleadora callejera, recurso que mostró su desesperación por estar tan abajo en las encuestas. Incluso incurrió en violencia política de género contra su competidora, quien seguramente optará por no demandarla porque peor no le puede ir a la ingeniera en computación que se dice ingeniera de todas las áreas y conocimientos.

Por si esto no fuera suficiente las acusaciones de corrupción hacia Claudia Sheinbaum pudieron hacerle morder la lengua, porque ella tiene todavía el papel de empresaria que vende al gobierno, en la mañana y, en la tarde se compra a sí misma, pero en su papel de funcionaria pública, el resultado es enriquecimiento inexplicable. Pero tiene la lengua muy larga y no se alcanza a ver la cola.

Esta vez hubo fallas por más de 20 minutos, en el que había gritos de reporteros exigiendo internet y que se restableciera la transmisión del debate. Los empleados del INE corrían de un lado a otro sin saber qué hacer y sólo empeoraban la situación porque lo único que hacían era estorbar.

Falta un debate con los candidatos a la Presidencia de la República, los mexicanos empiezan a darle la espalda a estos encuentros y de nada servirá que se le dedique tanto tiempo y recursos para que sólo se logre el descrédito del árbitro electoral.

La competencia electoral para la Presidencia de la República se ha reducido considerablemente, porque en realdad son 7 partidos los que compiten a través de tres candidatos. El INE se vería completamente rebasado si cada partido tuviera un candidato porque con tres no puede.

Ha dejado de ser confiable la autoridad electoral, su concentración en los comicios del 2 de junio debe ser total si quiere que haya tranquilidad social en México, porque hay partidos que se quejan de inseguridad cuando quienes la provocan son quienes organizan las elecciones.

Uno de los propósitos de la oposición es descalificar las elecciones, ya sea por inseguridad, por falta de cobertura, por carencia de presupuesto, por no haber personal. Todo esto responsabilidad del INE que no puede organizar una elección correcta sin sacrificar la democracia que debe consolidar.