Bien se dice que el miedo no anda en burro y que cuando cargas culpas transitas del susto al pánico.
José Manuel del Río Virgen, auditor del Congreso de la Unión, a cuya oficina llegan, para supervisión y palomeo, las “sábanas” con los resultados de la Auditoría Superior de la Federación, tiene listo el reporte, paso a paso y peso a peso, de lo gastado en “Dos Bocas”.
Sabe en qué se invirtieron los 240 mil millones de dólares y a quien se preferenció sin licitación parte de la edificación de esa mole tecnológica que no cumplió sus metas.
Nombres, fechas, traspasos financieros, los contactos de PEMEX en Estados Unidos, entrega de obra a compadres y gente recomendada… todo, absolutamente todo, está en las nueve auditorias que concluyó la ASF y que por ley entrega al Congreso de la Unión para su calificación y aprobación.
A ello se debe el nerviosismo y la escalada de ataques de Roció Nahle contra del Río Virgen.
Ese es el origen del golpeteo, que disfraza de adjetivos, al señalarlo como aliado del crimen organizado, autor de la desestabilización electoral de Poza Rica y Papantla, de alimentar el escándalo mediático en las recientes inundaciones en el norte de la entidad y de pagar a los periodistas “carroñeros” -creo que también los califica de “buitres”- para el descrédito.
Su dicho favorito es que “quien estuvo preso por sospecha de asesinato, como lo fue el aludido, no tiene autoridad para revisar las cuentas públicas”.
Ignora que fueron los propios diputados de Morena, en consenso con legisladores de otros partidos, los que dieron su voto a Del Río Virgen en el pleno del Congreso para ser nombrado “Director de Control Interno y Evaluación Técnica de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de la Cámara de Diputados”.
Olvida además que no fue un preso común sino un preso político y que un juez le dio un “amparo liso y llano” para que un tribunal dictara su libertad misma que fue restringida en la víspera navideña de 2021 por venganza política del atarantado Cuitláhuac García, en rencillas con el entonces líder del Senado, Ricardo Monreal.
Nahle no registra -a conveniencia- cuando en aquel momento las comisiones de derechos humanos nacionales e internacionales señalaron abiertas violaciones a su reclusión y trato en Pacho Viejo donde fue confinado, siendo inocente, a una prisión de dos metros cuadrados.
Pero si le ocupa y preocupa que, gracias a esa victimización su figura pública creciera hasta colocarlo ya mismo como un serio prospecto a sucederla en el 2030 si es no que le llega antes a la gobernadora la “Revocación del Mandato” que reclama su propio partido.
Nahle teme, no solo que Del Río Virgen llegue a la titularidad de la ASF a renovarse en las próximas cinco semanas, sino que haga público los trastupijes de “Dos Bocas”.
Por ello anda alterada.
Está que no le caliente ni el sol. Sabe que cargará con esa responsabilidad penal si se hace pública la realidad de Dos Bocas, una realidad inobjetable en donde andan bailando 420 mil millones de pesos.
Para ser exactos 20 mil 969 millones de dólares.
Y es que, de acuerdo a las primeras estimaciones la refinería resultó 162% más cara -de un estimado inicial de 8 mil millones de dólares- y se favoreció a “Construcciones y Reparaciones del Sur”, de Juan Carlos Fong Cortés con fuertes vínculos de compadrazgo y familiares con Roció Nahle y su esposo José Luis Peña.
Las sábanas arrojan además “Otras obras por 8 mil millones de pesos asignadas al grupo y empresas afines mismas funcionan de manera irregular”.
La revisión también arroja que “Dos Bocas” registró problemas de diseño y estructura que llevarán mucho tiempo resolver “ya que no fue levantada en el lugar idóneo por las inundaciones en el complejo”.
A la fecha la refinería trabaja de manera intermitente debido a la mala calidad del crudo suministrado lo cual dio lugar a que aún continúen las pruebas y la producción comprometida de 370 mil barriles diarios no ha ido más allá de 156.2 mil barriles diarios de petróleo crudo.
Sin aclarar queda además la conformación de plataformas para la construcción de la Refinería que incluyó un dragado de 13 millones de metros cúbicos que tuvo un costo de 6 mil 344 millones de pesos, gasto considerado como desmedido.
Parte de la obra fue entregada a la empresa “Huerta Madre” en donde participó Juan Carlos Fong allegado a la familia Nahle.
En la versión pública del contrato VP PTI-ID-001-2019 -de acuerdo a la ASF- Pemex censuró los montos que fueron 6 mil 344 millones cuando en realidad el contrato había sido pactado en 5 mil 334 millones.
Inexplicable el sobrecosto de mil millones.
Dos Bocas quedó así entre las tres refinerías más caras del mundo. Arriba de México, solo se encuentra la refinería Al-Zour, en Kuwait, cuyo presupuesto original fue de 16 mil millones de dólares, pero terminó costando 35,154 MMD, un incremento del 120% y le sigue la refinería de Shandong, en China, presupuestada en 20,000 MMD, con un costo final de 29,517 MMD, lo que representa un aumento del 48%.
Termina la revisión de parte de la Auditoría Superior de la Federación y Nahle está apanicada. No sabe cómo tapar la boca a Del Río Virgen, quien por cierto, ha sido objeto de agresiones en días recientes.
Pero esa es otra historia.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
