POR: LIBERTAD BAJO PALABRA

La frase “algo huele a podrido en Dinamarca” es una cita de la obra Hamlet de William Shakespeare que se usa para indicar que hay algo incorrecto, sospechoso o corrupto en una situación, gobierno o estado. Hoy día, “algo huele a podrido en la UPAV”. Los docentes de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz ya se dieron cuenta, quisieron ser pacientes y por ello esperaron su pago cuatrimestral, pero pasaron otros cuatro meses y no llegó ni el pago anterior ni el actual. Otros se dieron cuenta de que el último pago que les llegó por su trabajo como asesores solidarios, llegó con un concepto inusual: “Dispersión de publicaciones electrónicas”. Señalan los docentes que el depósito provenía de una fondeadora con razón social INMOB de México, registrada con el RFC IME170120CX1 y con domicilio en calle Ingenieros, entre Museo y Arquitectos No 268 CP.91017 de la colonia Magisterial de Xalapa.

Cuando acudieron al lugar no encontraron oficinas. La misma Fundación para la Educación, Salud y Recuperación del Medio Ambiente EDAL A.C que es a la que los alumnos depositan sus cuotas, se encuentra ubicada en calle Isaias Rodriguez Vivas, entre calles Asentamientos Humanos y Obras Públicas, No 77 de la colonia SIPEH ANIMAS de Xalapa. Tampoco encontraron oficinas ni nada que acreditara actividad educativa. La gobernadora Rocío Nahle dice estar enterada del problema en la UPAV y su respuesta ante ese problema es que ya firmó el nombramiento del nuevo rector de la UPAV. Pero eso no soluciona el problema.

El problema señora gobernadora es que la “Fundación”, creada por la secretaria de Educación, Claudia Tello, ya se gastó el dinero para pagar a los maestros. Si la UPAV tuviera 35 mil alumnos y la cuota cuatrimestral es de 2 mil pesos, cada cuatrimestre la “Fundación” recauda 70 millones de pesos. ¿Quién se quedó con ese dinero señora gobernadora?