
El hecho de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya atraído el asunto de la Universidad Veracruzana, donde el que dice ser rector Martin Gerardo Aguilar Sánchez, desea permanecer, es una muestra evidente de que aún queda mucho tema por revisar en torno a un asunto que ha exhibido la arbitrariedad de la que ha sido objeto la Máxima Casa de Estudios de Veracruz. La intervención de la SCJN puede lograr, mediante un estricto análisis de lo que establecen la Ley y el Reglamento Interno de la UV, de que la permanencia de Aguilar Sánchez, es una franca violación y que lo que ahí está ocurriendo es una usurpación de funciones. Más allá de lo anterior, es necesario analizar la responsabilidad que les asiste a todos aquellos que allanaron el camino, violando la ley, para el que se dice rector, aún convertido en espurio, permanezca en el cargo, sabiendo que sus determinaciones carecer de validez legal.

En eficiencia y resultados nulos, no hay que perder de vista al actual secretario de Desarrollo Económico de Veracruz, Ernesto Pérez Astorga, quien al comparecer ante diputados de la LXVI Legislatura, dio muestras evidentes de que desconoce todo lo relacionado con la responsabilidad que le ha sido conferida. Si bien es cierto que la mandataria ha dicho que, por el momento, no habrá cambios en su gabinete, es necesario que no pierda de vista al exsenador por los disparates que brotan de su boca cada vez que habla y, tampoco debe de observar la exsecretaria de energía que don Ernesto, hasta el dio de hoy, luego de estar un año ocupando el cargo, no ha aterrizado la llegada de ninguna empresa internacional, de esas que vienen a invertir dólares y generan empleos. Es más, el titular de Sedecop ha declarado a los medios de comunicación que aún no se pueden mencionar los nombres de las empresas que van a venir a invertir, porque es información reservada. ¡Bah!

Informes de Emiliano Zapata, Ver., antes Dos Ríos, nos refieren que existen visos de intranquilidad que salen del Palacio Municipal, donde aún sigue siendo alcalde Erick Ruiz Hernández, toda vez que corren fuertes los rumores de que la administración que entrará en operaciones a partir de la media noche del 31 de diciembre, ha dejado entrever que se llevará a cabo una exhaustiva revisión de lo que va a entregar y lo que se va a recibir. La intranquilidad y los nervios que ya son evidentes, se dan en razón de que los números no podrían cuadrar entre lo que se dice haber hecho y lo que existe a la vista. Las solicitudes de información al Órgano de Fiscalización Superior –ORFIS-, a la Auditoria Superior de la Federación –ASF-, a la LXVI Legislatura del Estado –Congreso-, al Sistema de Administración Tributaria –SAT-, y al Instituto Mexicano del Seguro Social –IMSS-, ya se encuentran debidamente elaborados y listos para ser entregados, a fin de que dichos entes den cuenta del estado que guarda la administración municipal que está por salir. Luego entonces, nadamas por eso, nos informan, es que hay nervios en el palacio Municipal de Emiliano Zapata, Ver.

Sin nada que aportar, sin nada que proponer es como se le ve al regiomontano diputado local del Partido del Trabajo en la LXVI Legislatura del Estado, Ramón Díaz Ávila, lo que lo convierte en uno de los diputados más caros del estado y, quizá, del país. Con opiniones que en nada coadyuvan al desarrollo de Veracruz, sin opiniones que trasmitan el sentir de los veracruzanos que se encuentran afectados por la falta de empleos, por la inseguridad, por la falta de atención al campo y los graves problemas que hoy sufren los campesinos, el legislador petista, se le nota muy holgado en su desempeño como diputado local. Aun siendo diputado local por segunda ocasión, Díaz Ávila, hasta ahora, no se le ha escuchado opinar de lo que ocurre en Veracruz, lo que ha dado lugar a pensar que el flamante legislador no conoce el estado en el que se encuentra legislando.

Volteando para otro lado, haciendo caso omiso de lo que indica el nombre del partido que dice representar en Veracruz, Edgar Herrera Lendechy, del Partido Verde Ecologista de México, no contribuye en nada a demostrar que sea un dirigente que realmente vele por los intereses de la ciudadanía y, mucho menos, que en realidad se encuentren preocupado por atender los graves problemas de contaminación que hay en Veracruz. Desde su llegada a la dirigencia del PVEM en el estado, Herrera Lendechy, no se le ha escuchado una declaración que demuestre estar preocupado por la contaminación de ríos, arroyos y lagunas del estado; tampoco se le ha escuchado opinar acerca de la fuente de contaminación que son los servicios urbanos que circulan por los principales municipios en la entidad; y, obviamente, tampoco se le ha escuchado que hable de la inagotable fuente de contaminación que son las factorías asentadas a lo largo de los ríos en donde arrojan sus desechos de manera inmisericorde. Sin fuerza, supeditado y entregado al partido gobernante, es como se ve al partido verde que pretende impulsar al hijo de un exgobernador en el 2030.
