Ángel Rafael Martínez Alarcón

El Porfiriato, período de 34 años (1876-1911) bajo el liderazgo del militar y político oaxaqueño Porfirio Díaz (1830-1915), representó una era de profundas transformaciones para México. Nacido en la primera década del México independiente y formado inicialmente en el seminario para luego seguir estudios en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, Díaz encontró su verdadera vocación en las armas. Participó en la defensa del territorio durante la invasión estadounidense (1846-1848) y más tarde en la lucha contra la intervención francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo. ( Tello, 2025:79)

Tras tres candidaturas presidenciales (1867, 1871 y 1876), Díaz llegó finalmente al poder, consolidando un proyecto nacional que, tras más de cinco décadas de inestabilidad política, intervenciones extranjeras y sucesivos gobiernos, buscó construir las bases de un Estado moderno. El Porfiriato significó, en muchos sentidos, un punto de inflexión: hubo un antes y un después de 1876.
La política exterior porfirista: México mira al mundo. Una de las facetas más notables del régimen fue su apertura diplomática. Tras décadas de aislamiento relativo, México estableció relaciones formales con naciones distantes como China, Japón y Rusia, reflejando una nueva madurez política y una voluntad de inserción en el escenario internacional.

Fue así como el 11 de diciembre de 1890, durante el segundo período presidencial de Díaz, se firmó el documento que estableció relaciones diplomáticas entre México y el Imperio Ruso de los Románov. El acuerdo fue suscrito por el ministro de Relaciones Exteriores mexicano, Ignacio Mariscal, y el primer enviado extraordinario ruso, el barón Román Románovich Rosen. Por México fue enviador el politico mexicano,Pedro Rincón-Gallardo y Ross

En sus memorias, Rosen recordaría con admiración la ceremonia de entrega de credenciales ante el presidente Díaz: “He tenido el honor de entregar las cartas credenciales a muchos Monarcas y Jefes de Estado, pero en ningún otro lugar ese acto ha sido acompañado con una ceremonia tan esmeradamente organizada y tan impresionante como en México”.

Una relación con historia: de la Nueva España a la Federación Rusa. Los vínculos entre ambos territorios se remontan incluso a la época virreinal, cuando el Imperio Ruso mantenía posesiones en América (como Alaska, vendida en 1866). Tras el establecimiento formal en 1890, la relación diplomática puede dividirse en cuatro etapas claras:

  1. Contactos tempranos durante el virreinato de la Nueva España.
  2. Relaciones bajo el Imperio Ruso (1890-1921).
  3. El período soviético (1924-1991).
  4. La etapa contemporánea, desde la disolución de la URSS en 1991 hasta la actualidad.

Entre 1890 y 1917, cinco embajadores rusos representaron a su país en México: Roman Rosen, Karl Waeber, Fedor Hansen, Grigoriy de Wollant y Alexander Stalewski. La Revolución de Octubre de 1917 y la Revolución Mexicana en curso marcarían un nuevo capítulo en este vínculo bilateral.
Reconocimiento intelectual: Lev N. Tolstói y Díaz** La figura de Porfirio Díaz trascendió fronteras, captando incluso la atención del escritor ruso León Tolstói, quien en una carta dirigida al presidente mexicano lo comparó con Oliver Cromwell, destacando su capacidad para “hacer surgir el orden del caos” en un país marcado por décadas de conflicto. Esta reflexión refleja el interés mutuo que, desde entonces, ha caracterizado el encuentro entre ambas culturas.
Conmemoración del 135 aniversario. Recientemente, esta relación centenaria fue conmemorada en ambos países.

  • En Moscú, el pasado 2 de diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia inauguró una exposición documental y fotográfica dedicada al aniversario, donde el viceministro Serguéi Riabkov destacó la “inquebrantable solidez de los estrechos lazos de amistad” entre ambas naciones.
  • En la ciudad de México, el3 de diciembre*, en la Facultad de Economía de la UNAM, se celebró una mesa redonda sobre los 135 años de relaciones diplomáticas, con la participación del ministro consejero de la Embajada de Rusia en México, *Alexander Batádeev*. Cfr: https://www.youtube.com/live/rFlHU0G25nw?si=C_i8dvGbzEL0hBjh

A 135 años de aquel primer apretón de manos diplomático, la relación entre México y Rusia perdura como un puente entre continentes, historias y sistemas políticos distintos. Lejos de ser un simple dato protocolario, este aniversario invita a reflexionar sobre la capacidad de dos pueblos, geográficamente distantes pero cercanos en curiosidad mutua, para construir un diálogo sostenido en el tiempo—un diálogo que, como bien señaló Riabkov, se basa en “un interés en profundizar el conocimiento de las tradiciones y culturas del otro”. En lo particular de 1982-1991, mi primer trabajo fue en Instituto de Intercambio Cultural México -URSS “José Mancisidor” donde conocí al gran pueblo rusoa