El juicio de la historia no falla.
De nuevo -de acuerdo a la calificadora Mitofsky- Roció Nahle, se ubica como la peor gobernadora del país.
Y ni quien le quite que es la peor, que está en el sótano.
Las pasadas inundaciones en el norte del estado la arrastraron a la baja en su popularidad al ser calificada, de nuevo, como la peor de todo el país, de acuerdo con el ranking de Mitofsky.
Su caída es tan estrepitosa que del 49.6% de aprobación se reduce a 41.7%., desciende 7.9 puntos.
La evaluación del ranking de Mitofsky detalla:
«Javier May, después de dos meses en los que aparecía en último lugar, es sustituido en octubre (2025) por Rocío Nahle que baja nueve escalones y presenta una aprobación de apenas 41.7%, la menor en lo que va de su gobierno, y eso se le puede asignar a la mala gestión de crisis que hizo tras las inundaciones en Veracruz».
Ni en sus peores momentos el atarantado de Cuitláhuac García alcanzó de manera tan repetida tal escala, acaso porque se la vivía escondido, tal vez porque había otro peor que era el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco o quizás porque su dejar hacer, dejar pasar, lo hacía transitar desapercibido.
El punto es que la oriunda de Zacatecas está en el fondo del pozo.
Contribuyeron a alcanzar tal deshonor su mal carácter, ese estilo chicharronero que tiene para gobernar, su fama pública plagada de corruptelas, ser permisiva con el crimen organizado, sus ostentaciones y lujos, así como desplazamientos faraónicos ante una ciudadanía tan necesitada.
También suma que esté rodeada de puro pendejo.
Son pasivos en contra que han contribuido, mes con mes, a mantenerse en la cero-aceptación no solo ante los veracruzanos sino la nación entera.
Mes con mes no sale del último lugar. Mes con mes busca afanosamente ocultar los porcentajes de esa escala negativa. Mes con mes acude a los dos que tres aplaudidores chayoteros del régimen para encomiarla, pero nada.
No le ha quedado más que congraciarse con la presidenta Claudia Sheinbaum invitándola a que visite Veracruz de manera repetida con cualquier pretexto, aunque le salga mas caro a la propia mandataria quien ya fue insultada en sus encuentros con la población de Poza Rica tras las afectaciones climáticas del norte del Estado.
en Veracruz vivimos el no pasa nada.
¿Qué si 8 millones 300 mil veracruzanos no la aceptan? ¡Que importa! ¿Que si en la última elección su partido perdió casi un millón de votos? ¡Que importa! ¿Que si la percepción ciudadana está ligada con la criminalidad o la cuestionada señora se mueves en 10 Suburban de manera ostentoso ante un pueblo miserable y hace gala del derroche y dispendio..? ¡Vale madre!
No hay, por tanto, temor alguno, ni por qué preocuparse que repita mes con mes tan deshonrosa permanencia en el último lugar, ni acudir a la máxima de que los anteriores fueron peores.
Vivimos en el hipnotismo colectivo, en el ¡No pasa nada!
Y si Mitofsky, Rubrum y Demoscopia Digital la ubican en los últimos lugares, pero Palacio Nacional la coloca en un primerísimo sitio, pues lo más seguro es que ni cambie su despótica forma de gobernar, ni le altere en forma alguna que todo un pueblo la repudie.
Acaso el último recurso está en la “Revocación de su Mandato” o que en las urnas en 2027 la ciudanía le vuelva a dar la espalda como paso previo al arrebato del poder a Morena en 2030, pero…
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo