* El desayuno con 11 ex alcaldes * 30 años de rivalidad, traición y persecución judicial * Y ahora son consejeros de Rosaldo * Lo que es no conocer la historia de Coatza * Héctor Yunes, sólo pataleos y rabietas * Posible desbandada en el PRI si frenan a Ponciano * Siguen los atracos en la Tesorería de Amado
Pedro Miguel no es político; es un coreógrafo. Sacó del ostracismo a los ex alcaldes priistas, a un perredista, a un morenista y al mismo Amado Cruz, los extrajo del sarcófago, los trajo a la vida y los puso a danzar.
Enemigos irreconciliables, verdugos unos de otros, perseguidos y perseguidores, fueron protagonistas del poder en tiempos pasados, aliados y luego rivales, actores de guerras menores y escaramuzas, de caprichos y traiciones, de vendettas por el control de la vida pública en Coatzacoalcos. Y ahora comensales de Pedro Miguel Rosaldo García.
Se les convocó a un desayuno y se les ofertó como un hito, un episodio histórico, el alfa, la señal de los dioses que define un futuro promisorio para Coatzacoalcos porque si algo saben a estas alturas los 11 ex alcaldes –Juan Hillman, Edel Álvarez, Rafael García Bringas, Rogelio Lemarroy, Armando Rotter, Marcelo Montiel, Rafael Anaya, Iván Hillman, Marcos Theurel, Joaquín Caballero, Víctor Carranza– y el presidente municipal saliente, Amado Cruz Malpica, es lo que un alcalde no debe hacer.
Pedro Miguel, quizá por ignorancia, sacó a pasear cadáveres políticos sin grupo y sin peso real. Fue paja para las redes sociales y para una prensa que sólo sabe aplaudir.
Las garnachas degustadas en el exclusivo Club Campestre, donde no acuden las masas atolizadas y sí los fifí, fueron la fachada del show. Quiso el alcalde electo, Pedro Miguel Rosaldo, exhibir poder de convocatoria, sólo que sus antecesores no han dejado de ser enemigos a muerte, protagonistas de traiciones en las urnas y de episodios de corrupción en los tribunales.
La coreografía incluyó risas y sonrisas, anécdotas y acciones, y la foto del consejo de ancianos, Pedro Miguel al centro, diciendo que sus sabios consejos serán muy valiosos para el proyecto de gobierno.
El embuste, pues, se cuenta solo. Semanas atrás, Rosaldo García decía contar ya con un proyecto de gobierno, incluyendo la reestructuración administrativa, recorte a la nómina y control de la deuda pública.
El vodevil es para reír. Pedro Miguel sentó a Juan Hillman con Marcelo Montiel y Edel Álvarez, enemigos en los años 90 cuando el Grupo de los Cien (Hillman-Montes de Oca) intentó impedir la candidatura del priista Edel Álvarez a la alcaldía de Coatzacoalcos.
No lo logró. Entonces se fueron a la oposición y desde el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana lanzaron a Amado Trejo Barradas, sin lograr arrebatar la alcaldía.
Acusaron entonces al clan Edel-Marcelo-Brito de robar la elección, de usar a la familia Guízar Valladares para introducir, a punta de pistola, urnas embarazadas con boletas premarcadas, a la Comisión Electoral Municipal.
Otra vendetta ocurrió cuando Edel Álvarez Peña contendió la diputación federal en el distrito de Coatzacoalcos contra Amado Cruz Malpica, en 1994. Solicitó licencia a la alcaldía y perdió. Pretendió regresar a su cargo pero el alcalde sustituto, Rafael García Bringas, no se lo permitió.
Aquella campaña fue el Waterloo de Edel Álvarez. La clave de la derrota estuvo en Marcelo Montiel, quien operó el voto en contra y tácitamente lo dejó sin equipo político.
Una más: Armando Rotter arremetió contra los intereses del grupo Brito-Edel-Marcelo. Recuperó terrenos aledaños a las instalaciones de la Expo Feria, escriturados a favor de prestanombres de Álvarez Peña, y canceló la concesión del estadio Miguel Hidalgo al equipo de beisbol Azules de Coatzacoalcos, propiedad de Evelio Brito Gómez, hermano del ex alcalde Carlos Brito, uno de los priistas más influyentes de Veracruz.
Con Marcelo Montiel llegó la venganza. El Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz acusó a Rotter Maldonado de desvío de recursos. Le detectaron una cuenta bancaria abierta a espaldas del cabildo, uso ilegal de facturas para solventar gastos, abuso de autoridad y hasta disponer de calles para favorecer sus negocios personales.
Armando Rotter se autoexilió en Canadá desde donde dirigió su defensa legal hasta lograr amparos que le permitieran disipar las denuncias que lo habrían llevado a la cárcel. Fue así que pudo regresar a México.
Marcelo Montiel saboteó durante semanas la candidatura de Iván Hillman Chapoy a la presidencia municipal, en 2004. A cambio de apoyarlo, fue diputado local por Coatzacoalcos.
La revancha de Iván Hillman fue exiliar a Marcelo Montiel y su equipo político, entre ellos Marcos Theurel, quienes habían sido apercibidos por el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, de no visitar Coatzacoalcos para no incomodar al terroncito de azúcar, Iván Hillman.
Marcelo Montiel vengó la afrenta en 2009 cuando Iván Hillman contendió por la diputación federal. Ofreció trabajar para lograr el triunfo pero el día de la elección lo traicionó. La línea fue “hay pájaros en el alambre”, dictada a sus operadores, quienes dieron la instrucción de votar por Rafael García Bringas, “El Pájaro”, quien se había postulado como candidato del Partido Acción Nacional.
Marcelo Montiel le asestó un golpe más. Canceló por incumplimiento la concesión para el reciclamiento de basura, otorgado a la empresa ERA 2000, recomendada de la suegra de Iván Hillman, la ex diputada perredista, Roselia Barajas Olea, madre de la saltimbanqui Mónica Robles y esposa del periodista José Pablo Robles Martínez, dueño de Diario del Istmo, categorizado como un “succionador profesional” por Fidel Herrera.
Cuando el morenista Víctor Manuel Carranza Rosaldo inició su campaña por la alcaldía de Coatzacoalcos, su primera acción fue llevar ratoneras y colocarlas en la puerta principal del palacio municipal. Mandaba un mensaje contra el priista Joaquín Caballero Rosiñol, otro egresado del grupo marcelista.
Nada ocurrió. Carranza ganó la elección y toda la estructura política de Caballero quedó insertada en la nómina municipal. El pacto se extendió al ayuntamiento de Amado Cruz Malpica. Caballero y sus huestes terminaron operando campañas para Morena, incluida la de Rocío Nahle García al gobierno de Veracruz, en 2024, con imágenes que circularon en redes sociales donde se les veía colocando lonas en las fachadas de casas.
Rijosos, hicieron del poder un instrumento de traición, de presión política, de persecución y venganza. Y hoy Rosaldo García abreva en sus consejos.
El mensaje de unidad es ficticio. Es superchería barata. Pedro Miguel Rosaldo desconoce la historia política de Coatzacoalcos, las luchas intestinas, la guerra de poder, el choque entre los Hillman y el clan Brito-Marcelo-Edel, las denuncias contra Rotter, la persecución política y judicial, la traición de Marcelo Montiel a Edel Álvarez, el exilio que Hillman le impuso al marcelismo, Marcelo dando línea para sepultar la carrera política de Iván, y los ocho años de Coatzacoalcos en el abismo por el abandono de Carranza y Amado Cruz.
No pasó de ser un show. Pedro Miguel sólo sacó a pasear a 11 cadáveres políticos.
METADATO
Un año después, la decadencia de Héctor Yunes se agrava. Un año en el Congreso de Veracruz siendo estridente, denunciando a la diputada Tania Carola Viveros Cházaro por agravios a los Símbolos Patrios, cuestionando errores de procedimiento en el trabajo legislativo, confrontado con los diputados de Morena por el reparto –o no reparto– de la ayuda a los damnificados del norte de Veracruz y por el dictamen que la diputada Dorheny García Cayetano firmó con tinta rosa para modificar el formato de comparecencias de los achichincles de la gobernadora Rocío Nahle al Congreso estatal, lo que en esencia sí constituye una mordaza a los legisladores de oposición; es la Ley Bozal. Pero de ahí no pasa. Héctor, políticamente ya se agotó. Es chisme y nada más. Es estridencia. Golpea para transar. La memoria registra aquel épico momento en que fue a tocar con insistencia las puertas de palacio, en 2018. Ofrecía colaborar con el gobierno de Morena. Por días, el ex gobernador Cuitláhuac García ahí lo mantuvo, como el mendigo suplicando por un pan duro. Cuando el encuentro se dio, Héctor publicitó la fotografía, su rendición, imaginando que volvería disfrutar las mieles del poder, el pan duro, pues. Luego despertó. No lo pelaron. Hoy supone que sus pataletas y rabietas bastan para ser candidato al gobierno de Veracruz en 2030. Héctor no es un cartucho quemado; es un cartucho tostado. Lleva el sello de Fidel Herrera y, peor, el de Javier Duarte. O sea, el del saqueo brutal a Veracruz… Si no es Ponciano Vázquez, habrá desbandada en el PRI. Apunta el alcalde saliente de Cosoleacaque a la presidencia del tricolor en Veracruz y en la vieja guardia hay resistencia. Los Vázquez Parissi, hijos del célebre Cirilo Vázquez Lagunes, por años el hombre fuerte del campo en el sur veracruzano, son quizá, junto con el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, el mayor activo del Revolucionario Institucional. Han gobernado Cosoleacaque, un municipio complejo, rompiendo un cacicazgo, el de los Merlín, que tuvo su auge en los días en que Fernando Gutiérrez Barrios era gobernador y les dio todo el poder. Ponciano y Cirilo Vázquez Parissi se han sucedido en la alcaldía con el voto de los cosolecanecos que suelen decir que gobiernan bien. Hoy Ponciano concita corrientes que lo observan como el relevo generacional que le urge al PRI. Obvio, la vieja guardia se resiste, aferrada a controlar la dirigencia y las candidaturas de las elecciones de 2027. De por sí venido a menos, al PRI lo peor que le pudiera ocurrir sería un éxodo de militantes si a Ponciano Vázquez no lo dejan llegar… Año de Hidalgo en la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos. Persisten las raterías, el abuso de autoridad, los cobros tan excesivos como demenciales, el invento de multas, rezagos, actualizaciones que disparan el monto que los contribuyentes están siendo conminados a pagar. Con la uña afilada, el tesorero Ángel González López envía requerimientos con tufo a atraco descomunal. Por ejemplo, contribuyentes que año con año pagaban entre 3 mil y 5 mil pesos, hoy son apercibidos a saldar 250 mil, 300 mil y hasta medio millón de pesos. La Tesorería Municipal está secuestrada por el titular, Ángel González, y su padrino y mentor, Jorge Yunis Manzanares, con la venia y complicidad del alcalde Amado Cruz Malpica, compadre de Yunis. Hay decenas de casos así. Es terrorismo fiscal. Es la herencia que habrá de recibir Pedro Miguel Rosaldo García cuando asuma la alcaldía de Coatzacoalcos y ahí será el punto de inflexión: se verá si quiere pasar a la historia como el personaje que enderezó y canceló las raterías de quienes llegaron al ayuntamiento con el discurso de la honestidad o es más de lo mismo, cómplice del régimen depredador, el ladrón llamado Morena…
