- Solo 40 municipios cuentan con Atlas de Riesgo
- Una importante tarea para los nuevos alcaldes
Desde 1985, en el mes de septiembre, se han registrado cinco sismos con magnitud mayor o igual a 7 grados. Cronológicamente corresponden con los eventos registrados el 19 y 20 de septiembre de 1985 en las costas de Michoacán y Guerrero (magnitudes 8.1 y 7.6, respectivamente); 7 y 19 de septiembre de 2017 en el centro de México y golfo de Tehuantepec (magnitudes 8.2 y 7.1, respectivamente); y 7 de septiembre de 2021 en las costas de Guerrero (magnitud 7.1).
Gran parte de estos sismos son recordados principalmente por los daños materiales y pérdidas humanas que causaron.
Los sismos y otros desastres naturales que lamentablemente han dejado una estela de dolor y decesos, en una actitud de resiliencia, ha obligado a las autoridades y a la población a crear la cultura de la protección civil, que es el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y prácticas que permiten a la población prepararse para desastres, tomar decisiones informadas, y actuar de forma segura antes, durante y después de una emergencia, tanto de origen natural como antropogénico. Implica la gestión integral del riesgo y la corresponsabilidad entre sociedad y gobierno para la prevención y la reducción del impacto de los desastres.
La población mexicana, ha adoptado la cultura de la prevención, para evitar la generación de riesgos y exponerse a ellos, ha puesto en marcha, programas de mantenimiento de instalaciones, la detección de puntos de riesgo y la creación de planes familiares.
Las autoridades, y la población civil se preparan sobre los riesgos locales, crean planes familiares de protección civil, realizan simulacros y recomiendan contar con una mochila de emergencia.
Saber cómo actuar en caso de emergencia, incluyendo el conocimiento de rutas de evacuación, el uso de equipo básico como extintores y la organización comunitaria. Reconstrucción y recuperación: Contribuir al retorno a la normalidad después de un desastre, lo que puede incluir la revisión de instalaciones y la participación en programas de reconstrucción.
Ante la presencia de sismos, el uso de instrumentos tecnológicos permite que la información llegue de manera oportuna y veraz a las autoridades correspondientes, lo que contribuye a la correcta y eficiente toma de decisiones, por ello, también un factor fundamental es la coordinación y el grado de compromiso de todas las instituciones.
En México vivimos en una zona sísmica. Reducir los riesgos implica no solo una responsabilidad de las autoridades sino un ejercicio colectivo de todas las comunidades que reconocen sus vulnerabilidades y toman medidas para disminuir el impacto que un evento natural puede ocasionarles.
Los principales riesgos naturales en Veracruz incluyen ciclones e inundaciones, terremotos, deslizamientos de laderas, tormentas eléctricas y granizadas, así como la amenaza de desbordamiento de ríos y mareas de tormenta, fenómenos que se intensifican con lluvias y la interacción con frentes fríos.
Lamentablemente en el caso del estado de Veracruz de los 212 municipios, alrededor de 40 cuentan con un atlas de riesgo, aunque la cifra es incierta debido a que las fuentes varían, algunos reportan 41 y otros 40. Sin embargo, la mayoría de los atlas de riesgo en Veracruz están desactualizados, ya que solo 8 de esos 41 o el 18% de los existentes, son recientes.
Rezago en el cumplimiento
La situación de Veracruz respecto a la creación y actualización de atlas de riesgo es considerada baja, ya que muchos de los documentos disponibles no están al día con los datos o eventos recientes.
La importancia de los Atlas de Riesgo: Estos documentos son herramientas cruciales que ayudan a identificar los riesgos específicos de cada municipio (como inundaciones, deslaves, o vientos huracanados) para poder prevenir a la población y actuar ante desastres naturales.
Iniciativas para la mejora: La Secretaría de Protección Civil de Veracruz ha estado promoviendo la creación de estos atlas en los 212 municipios del estado como parte de una estrategia de prevención. Sin embargo, son 71 ayuntamientos que no cuentan con este programa y esto los coloca en una situación de vulnerabilidad en caso de ser afectados por una contingencia natural, los alcaldes han sido apáticos y omisos ante esta circunstancia.
Los Atlas de Riesgos en Veracruz sirven como una herramienta fundamental para identificar, analizar y comunicar los peligros naturales e inducidos por el ser humano, permitiendo a las autoridades, la población y los desarrolladores implementar medidas de prevención y reducción de riesgos, planificar el desarrollo urbano de forma segura, y fortalecer la capacidad de respuesta ante emergencias, salvando así vidas y protegiendo la infraestructura y el medio ambiente.
Los atlas de riesgo, ayudan a definir zonas seguras para la ubicación de asentamientos humanos, infraestructura y servicios, evitando la construcción en áreas de alto riesgo.
Contienen información para la toma de decisiones, proporcionan datos organizados y accesibles para la planeación y ejecución de proyectos, así como para la creación de esquemas normativos y estrategias de protección civil.
Fortalecimiento de la capacidad de respuesta: permiten a las autoridades estar mejor preparadas para actuar en caso de un siniestro, coordinando mejor los esfuerzos de prevención, preparación y respuesta.
Falta un poco más de tres meses para que lleguen las nuevas autoridades municipales y sería muy interesante saber que, desde ahora se preocupan por reforzar estas áreas y disponer lo necesario para atender cualquier emergencia, porque el factor cultura es urgente aplicarlo en esta materia, sabiendo que no estamos exentos de una desgracia de esas magnitudes que por supuesto no lo deseamos. Solo es cuestión de prevenir y no lamentar.