El día de mañana, martes 29 de abril, cuarto mes del primer cuarto de siglo, habrán de dar inicio las campañas de los candidatos de los partidos políticos, para lograr, el día 1 de junio, ser electos alcaldes de uno de los 212 municipios que conforman la geografía veracruzana.
Los candidatos de Morena, PT, PRI, PAN y PVEM, acompañados por integrantes de sus respectivas planillas, habrán de celebrar reuniones, con la finalidad de convencer a un electorado, cada vez más escéptico, para que les otorguen su confianza y el voto que los convierta en presidente municipal.
Un mes, el de mayo, con sus fechas de suspensión oficiales, será el tiempo que tendrán los candidatos para realizar los eventos necesarios en sus correspondientes colonias, congregaciones, ejidos, rancherías y cuanta comunidad corresponda a su municipio, para dialogar, escuchar y convencer a los electores, hombres, mujeres, jóvenes y todos aquellos que tengan vigente su credencial para votar y obtener un triunfo que deberá ser claro e inobjetable.
Los candidatos, por su parte, deberán de acudir a todas las demarcaciones de su municipalidad y dispondrán del tiempo suficiente para escuchar quejas, demandas, necesidades y peticiones de la ciudadanía. Una ciudadanía, por cierto, cada vez más renuente y difícil de convencer.
Obvio que también, muchos, van a escuchar reclamos y palabras fuertes por aquellas promesas incumplidas por parte de quienes hoy todavía ostentan el cargo; amén de que, algunos de los que están buscando el cargo por segunda o tercera ocasión, les habrán de recordar alguna de las promesas incumplidas tiempo atrás.
Ahora bien, más allá de las promesas, ofertas y todos los discursos políticos que se quieran aventar los futuros alcaldes veracruzanos, incluyendo los choros mareadores, en la agenda política está un tema de lo más sensible y que mantiene en vilo la campaña de cada candidato: la inseguridad.
La inseguridad es uno de los temas que más preocupan tanto a los candidatos, así como a las propias autoridades, toda vez que ya hay evidencia de que una veintena de aspirantes al cargo, ya fueron “convencidos” de que se abstuvieran de continuar en su pretensión de alcanzar la silla principal de su municipio.
La pregunta que flota en el aire, dígase lo que se diga, es ¿Cuántos candidatos más “serán convencidos” de abandonar la contienda y de quedarse en casa para que sigan disfrutando de sus respectivas familias”
Luego entonces, habremos de comentar que, ¡la fiesta en Veracruz, todavía no termina!