Miguel Ángel Gómez Ruiz

Xalapa


La sola idea de que la presidente del Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz no sepa cómo se maneja un presupuesto es preocupante.
Ella asegura que está aprendiendo, sin embargo, debería tenerla en vilo el hecho de que, a la fecha, no aparecen los recursos del fondo de Mejoramiento para la Impartición de Justicia y el fondo de retiro. Que no tenga idea de qué ocurrió en el manejo del presupuesto de este año 2021 pues asegura que le hacen falta 500 millones de pesos.
Preocupa que el dinero esté en los bolsillos de alguien y que ese dinero jamás se recupere pues en Morena son buenos para barrer hacia atrás, pero no ofrecen alternativas para recuperar recursos. Este año al Poder Judicial se le recortó el presupuesto.
Recordemos que Mauricio Duck Núñez, quien formó parte del Consejo de la Judicatura estaba siendo investigado. Poco después de esa noticia el político se suicidó en su casa. Pero ya había sospechas de que había malos manejos del Fondo de Mejoramiento para la Impartición de Justicia, sobre todo en el tema de la Construcción de las Ciudades Judiciales.
De hecho, tanto Sofía Martínez Huerta como Isabel Inés Romero Cruz se distinguieron por su ignorancia. Jamás dieron cuenta de nada y ahora el Poder Judicial está en problemas. Sobretodo que ahora ya se manejan versiones de que se solicitaría una ampliación presupuestal para cubrir gastos de fin de año. Y hasta el gobernador Cuitláhuac García pidió a magistrados que se rebajen el salario.
De un modo u otro el dinero tiene que aparecer y se debe castigar a quien lo robó, no en balde por mucho tiempo se luchó para contar con esos recursos.
De hecho, la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros fue comisionada hace muchos años por el entonces presidente Julio Patiño, para que acudiera al entonces Distrito Federal –hoy, Ciudad de México-, para proponer la creación del citado fondo.
Fueron muchos viajes, muchas reuniones y tareas de convencimiento para que se creara ese fondo. Es una lástima que haya caído en manos equivocadas ese tema por el que tanto se luchó.
Se estima que el citado fondo reunía alrededor de 700 millones de pesos.

Talento musical y una difícil decisión

La magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros estudió música clásica desde los seis y hasta los 16 años. Heredó el talento musical de su abuelo, que fue de los fundadores de la Orquesta Sinfónica de Xalapa y de su padre, que formó parte de ella por 50 años.
Se distinguió como veracruzana por su talento y habilidad para tocar el chelo, al igual que otros, como el maestro de viola, Tonatiuh García Jiménez, tan reconocido a nivel mundial.
Su preparación era enérgica y puntual. Dedicaba 15 horas de su vida a los estudios, diez a la música y cinco a su preparación escolar. Formó parte de la Sinfónica y contaba con una beca para ir a estudiar al extranjero, pero ya contando con estudios profesionales en sus inicios se fue como escribiente al Juzgado Primero de Primera Instancia. A partir de allí formó parte del Poder Judicial en donde ha estado casi cincuenta años.
Obtuvo mención honorífica y Magna Cum Laudae en su licenciatura, maestrías y doctorados. Laboró en 16 juzgados, ocho civiles y ocho penales y jamás vendió la justicia. En 2011 obtuvo el premio al Mérito Judicial, otorgado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en competencia concurrente con otros magistrados del país.
Se ha distinguido siempre por su honradez y por su capacidad. Como está escrito líneas arriba fue la encargada de encabezar las reuniones para la creación del Fondo de Impartición de Justicia, dialogando con secretarios de despacho del gobierno federal, entre ellos Emilio Chuayfett y Esteban Moctezuma.
Se distingue por su preparación continua y porque ha sido una magistrada ejemplar, designada desde 1997 magistrada inamovible.
Cambió la música, en donde fue la mejor y más avanzada alumna, para convertirse en una mujer encargada de impartir justicia en los cargos que ha desempeñado, en los cuales se distinguió por ser la mejor.