**Para Ripley.

**Aquí vive el presidente, el que manda vive enfrente, dicen en el pueblo.

**El pueblo eligió a un alcalde; pero llegó un “abusado” y es el que funge como alcalde de facto.

Por Pedro Nícolas Mendizábal.

¡¡Ver para creer!! Como dicen en cierto programa de cosas insólitas. En un municipio veracruzano llamado Acatlán, cerca, muy cerca de la capital del estado, Xalapa, existe un palacio municipal, obvio, que debiendo de tener un alcalde, el cual ha sido electo por la ciudadanía, resulta que… ¡¡tiene dos presidentes municipales!!

Y no es que el pueblo o los electores hayan elegido a dos alcaldes en las pasadas elecciones o que dos alcaldes hayan rendido protesta el pasado 31 de diciembre para ocupar dicho cargo en un municipio tan pero tan pequeño, que no alcanza a tener más de 25 mil habitantes. ¡Nooo! Ello no es ni sería posible.

He aquí la  churriguresca historia.

Acatlán, Ver., es un municipio enclavado en la sierra de Misantla, ubicado a escasos 35 minutos de la capital del estado, Xalapa. En ese pequeño municipio, lo habitantes, los electores, con su credencial de elector en la mano, acudieron a las urnas a depositar su voto y su confianza a favor de quien resultó ser su nuevo alcalde, de nombre Aquilino Rodríguez Sánchez, quien, de acuerdo con la ley, recibió su constancia de mayoría y, también rindió la protesta de ley como nuevo presidente municipal para el periodo 2022-2025. Hasta ahí, todo estaba bien.

Pero, nos informan los propios acatlenses, por azares de la vida o no se sabe porque motivos, a la cabecera municipal, en los primeros dias de enero del presente año, llegó un señor de nombre Pablo Domínguez Ortega, quien sin más, se hace ostentar como el verdadero alcalde, tomando decisiones que no le son de su competencia, nombrando a personal en la administración municipal y haciendo a un lado al verdadero alcalde, quien, presuntamente, consiente que el advenedizo personaje, se le suba a las barbas y le impide ejercer el cargo por el que fue electo, lo cual constituye un delito en términos de ley, ya que se trata de usurpación de funciones y en tal sentido tendrá y deberá tomar cartas en el asunto los integrantes de la LXVI Legislatura del Estado.

Y han sido los propios pobladores quienes se han comunicado con este reportero para dar a conocer  y que salga a la luz pública, la situación que, en un pueblo tan pequeño, pronto podría generar un conflicto de dimensiones inconmensurables, toda vez que – precisan- “nosotros no elegimos a ese señor que viene a usurpar el cargo de alcalde y tampoco vamos a permitir que venga a disponer de los recursos del pueblo” Y – remarcan- una de dos, o lo sacan las autoridades o nosotros, el pueblo de Acatlán, lo vamos a sacar a empujones de aquí”.

Señoras entrevistadas señalan que “ese señor Pablo, nadamas quiere venir a manejar los dineros, hacer lo que quiera y nombrar a gente de su confianza, pero eso no se lo vamos a permitir, porque a él, nadie lo eligió y si no respeta a la autoridad municipal que es el señor Aquilino Rodríguez Sánchez, nosotras le vamos a enseñar a respetar”

A nosotros, comentan los acatlenses, “se nos presenta como un distinguido abogado, ignorando si realmente lo sea, pero se ostenta como si fuera realmente al presidente municipal, toma determinaciones, como la de nombrar tesorero a un personaje que es su incondicional, pretende convocar a sesiones de Cabildo, da órdenes al Sindico y al Regidor, lo que nos indica que el señor ya se siente el alcalde sin nombramiento en este municipio”

En un  municipio tan pequeño, las noticias corren a la velocidad de la luz. Acatlán se encuentra a escasos 10 minutos de Naolinco y hasta dicho lugar llegan los rumores de que en el cercano municipio, las cosas pueden estallar de un momento a otro, si no intervienen las autoridades del estado.

Los pobladores señalan con todo rigor que, a escasos 24 días de haber tomado posesión el alcalde electo por el pueblo, por la invasión de personajes que no tienen nada que venir a hacer aquí, las cosas se estén empezando a salir de control y si no hay intervención de las autoridades, la gente va a actuar. El invasor Pablo Domínguez Ortega, ya rebasó los límites de la tolerancia de un pueblo tranquilo, ha subestimado a la autoridad legalmente constituida y ya está usurpando funciones que no son de su competencia, por ello, por este importante Medio de Comunicación, solicitamos al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, a la LXVI Legislatura del  Congreso del Estado a que intervengan de manera inmediata y resuelvan este naciente conflicto, antes de que las aguas se desborden.

“No queremos un municipio, un Palacio Municipal, con dos alcaldes, porque nosotros nadamas elegimos a uno y se llama Aquilino Rodríguez Sánchez”, concluyeron.