El final se acerca ya. Cada vez está más cerca. El tiempo no perdona y es irreversible. Aunado a la anterior, podríamos agregar que no hay mal que dure cien años ni veracruzano que los aguante.

Ya han pasado casi seis años desde que llegaron al cargo y, lamentablemente, nada les ha salido bien.

En el terreno de las obras de interés social, las pocas que lograron hacer, o les quedaron mal o de manera inmediata se conoció que lo de hacer obras no era lo suyo.

Un hospital en Perote, remodelado o concluido con una inversión millonaria, el que, en menos de 72 horas, con la caída de un aguacero, se inundó, dejando al descubierto incapacidad e ineficiencia.

Un puente en Xalapa, viajando de Veracruz a esta capital, luego de múltiples silbatazos y mentadas por lo tardado en su construcción, al ser terminado y puesto en servicio, resultó que la citada obra, conocida como “La Joroba”, ni es funcional, ni resolvió el embotellamiento ni nada que se le parezca. Ya hasta el nombre del gobernante en turno le quieren poner. Y para colmo, la señalética de las líneas, ha causado asombro a nivel mundial.

Otro puente más, conocido como Urban, ya tiene encima la crítica de la población, toda vez que, al igual que el anterior, no va a resolver el congestionamiento vial de la zona y, por lo tardado, hasta el alcalde de la capital, en tono chusco, ha solicitado que las mentadas las dirijan hacia otra oficina, toda vez que la citada obra no es del ayuntamiento.

Al titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Gobierno del Estado, Elio Hernández Gutiérrez, por su reconocida incapacidad e ineficiencia, le habrán de otorgar dos medallas, una por su ineficacia y la otra por si se le pierde la primera.

Ah, y las carreteras veracruzanas, ¡del asco!

En el sector agropecuario, no pasa inadvertido que al actual gobierno le valieron dos pepinos y tres hectáreas de indolencia la situación en que han mantenido a los hombres del campo, quienes en este sexenio pasaron de la marginación al más completo olvido.

Desinterés, apatía, insensibilidad, etc, es lo que los campesinos sintieron, vivieron y tuvieron por parte de un gobierno, que al campo y las ramas de producción no les dirigieron una sola mirada.

La inseguridad, ese flagelo que mantiene en la zozobra a los más de 8 millones de veracruzanos, es noticia principal en todos los periódicos estatales y nacionales.

Esta historia continuará.

El final se acerca ya.