ACAYUCAN, VER.- Mariano Emilio Benítez Elías, de 26 años, fue un emprendedor restaurantero del sur de Veracruz cuyo sueño era contar con el mejor restaurante de barbacoa de borrego de toda la región.

Era tanto su amor, pasión y entrega por su negocio, que él mismo lo administraba, servía mesas, cobraba y hasta engordaba los borregos que ahí sacrificaba para vender su carne en tacos.

Una de las cosas que más lamentan quienes lo conocieron es que estaba a un mes de terminar su licenciatura en Administración de Empresas en la universidad CEUNICO.

Fue asesinado ayer en Oluta, muy cerca de Acayucan, en la zona conocida como Villa Cantares, en otros tiempos ilustre porque ahí cerquita tenía su rancho el cantante Joan Sebastian.

Un grupo de pistoleros que le daba seguimiento lo interceptó cuando llegó a su rancho La Ilusión, sobre la carretera Acayucan— Salina Cruz.

Tan pronto bajó de su camioneta, los pistoleros lo alcanzaron y le dieron muerte.

Desarmado, sólo pudo correr, pero fue acorralado por las balas. Su cadáver quedó delante de su esposa, quien no pudo hacer nada por ayudarlo.

Los matones tan pronto vieron que había muerto se marcharon a toda prisa.

Su muerte causó tristeza e indignación en la zona sur del estado desde Acayucan hasta Coatzacoalcos, donde era ampliamente conocido por ser estudiante de la universidad CEUNICO.

Las personas que le conocieron cuentan que era un joven emprendedor, miembro de una familia de restauranteros nativos de Soconusco.

Toda su familia, durante años, se ha dedicado a la venta de alimentos, especializados en tacos.

En Sayula de Alemán, por ejemplo, sus padres son ejemplo de trabajo y esfuerzo porque siguen trabajando como taqueros en distintos puntos del municipio donde ofertan a diario tacos de canasta.

Emilio Benítez creció viendo el ejemplo de trabajo de sus padres y por eso se había metido de socio a la taquería El Borrego de Oro, de Sayula de Alemán.

Desde muy chico sus papás lo enseñaron a trabajar en el noble oficio de taquero, a madrugar e incluso dormir muy poco para preparar los alimentos y montar todo lo necesario para atender a la clientela.

Fue así como emprendió en una sociedad para meter capital al restaurante El Borrego de Oro de Sayula de Alemán y en el de Coatzacoalcos, que está instalado sobre la carretera Coatza–Mina, en Canticas.

Pero hace unos tres meses, aproximadamente, el taquero tuvo que cerrar su negocio en Sayula de Alemán pues su socio fue amenazado por la delincuencia organizada para que entregara, mensualmente, una fuerte suma de dinero.

Como un sinnúmero de negocios en Sayula de Alemán, los socios prefirieron bajar las cortinas a terminar de esclavos de la delincuencia organizada.

Emilio Benítez Díaz siguió con su negocio en Coatzacoalcos, muy conocido porque a la pasada de la carretera se mira un gran borrego, hecho de fibra de vidrio, que anuncia a la popular taquería.

Ahí era habitual encontrar a Emilio Benítez sirviendo mesas, despachando, cobrando y haciendo limpieza de pisos o platos. Era el dueño y le entraba a todos los oficios con tal de estar pendiente de su clientela y de la calidad del servicio.

Una de las cosas que más lamentan quienes lo conocieron es que estaba a un mes de terminar su licenciatura en Administración de Empresas en la universidad CEUNICO.

La mayoría de las materias las había pasado con proyectos que aplicaba en su mismo negocio de venta de barbacoa de borrego.

Los animales que sacrificaba para la venta él mismo los engordaba, sacrificaba y cocinaba. Los borregos los compraba en la zona de la sierra del sur de Veracruz y los bajaba a Coatza para la engorda y posteriormente los sacrificaba y cocinaba al estilo Hidalgo.

Al momento de ser asesinado, había llegado al rancho La Ilusión para darle de comer a sus borregos, animales que criaba con mucho cariño y respeto. En ese rancho engordaba sus borregos para posteriormente hacerlos en barbacoa y los famosos tacos.

Emilio se suma así a una larga lista de personas de bien que son asesinados por la delincuencia en el sur de Veracruz… DEP.