Por Libertad Bajo Palabra

Una vez que se dieron a conocer los dichos del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, muchos mexicanos nos enteramos que los moneros, los que comen paella con López Obrador en Palacio Nacional, tienen un programa en Canal 22, un canal del gobierno. En ese programa, Rafael Barajas, El Fisgón, fue quien incitó a López-Gatell a considerar el problema de los niños con cáncer como una telenovela. López-Gatell, animado por la analogía, se lanzó con todo para decir que las protestas de los padres de niños con cáncer por el desabasto de su medicina era una idea que tenía como fin dar un golpe de estado al gobierno de López Obrador.

Los otros moneros, Hernández entre ellos, asintieron, no se quisieron dar cuenta del absurdo; es más, la semiótica de sus gestos animó al subsecretario de Salud a seguir con su infamia hasta el final. En ningún momento reparó alguno de los presentes, que el desabasto de medicamentos para niños con cáncer es real. Si por lo menos se estuviera surtiendo la medicina y los padres se ocuparan de hacer montajes para reclamar algo que están recibiendo a tiempo.

Pero no les están surtiendo la medicina, y eso que ellos, los moneros y López-Gatell, califican como una idea “golpista”, es el sufrimiento de miles de niños que no reciben su medicina y que mueren porque les anulan el derecho a la salud. Pero ni los moneros ni el presidente se preocupan de eso mientras puedan, los domingos, comer paella en Palacio Nacional.