70% de las personas trabajadoras domésticas no tienen prestaciones.

* 96% son trabajadores informales

Por Alejandra Cortina

El trabajo doméstico es fundamental dentro de los hogares y consiste en aquellas actividades necesarias para el bienestar de sus integrantes, cuando es realizado por los mismos y no existe un pago de por medio se denomina trabajo doméstico no remunerado.

Por otro lado, de acuerdo con el INEGI, se habla de trabajo doméstico remunerado cuando se realiza dentro de una relación laboral y con un pago determinado, ya sea en el mismo hogar de residencia o para otro.

En nuestro país, la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que se llevó a cabo durante el primer trimestre de 2021, arrojó que 2.2 millones de personas mayores de 15 años se dedican a la realización de actividades domésticas de forma remunerada como “empleados y cocineros domésticos; cuidadores de niños, personas ancianas o enfermas en casas particulares; jardineros, lavanderos y planchadores domésticos; choferes, vigilantes y porteros en casas particulares”. Sin embargo, el trabajo doméstico sigue siendo una ocupación con predominio de la población femenina.

En este sentido las mujeres, ocupadas dentro de este sector laboral comprenden el 88%, correspondiente a 9 millones de mujeres de 15 y más años. La mayoría son trabajadoras informales sin prestaciones y seguridad social. Además, los resultados del INEGI apuntan una mayor significancia para la población femenina, pues el 9% de las mujeres económicamente activas ocupadas son trabajadoras domésticas remuneradas, mientras que solo el 1% de los hombres labora en esta actividad.  

Como se puede advertir, los estereotipos de género siguen permeando las labores que se asocian a lo femenino y lo masculino, impactando tanto en el tipo de trabajo que realizan hombres y mujeres, como en las prestaciones, duración de las jornadas y retribución económica, al respecto la ENOE concluye que “mientras las mujeres se ocupan en actividades de limpieza y de orden, cuidado de personas, cocinar, lavar y planchar, entre los hombres predominan las actividades de jardinería, conducción de vehículos y vigilancia”.

Finalmente, el promedio mensual que perciben las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado es de 3,300 pesos, sin embargo, los hombres obtienen alrededor de 4,200 pesos al mes, y las mujeres solo 3,200, es decir mil pesos menos. Con relación al acceso a servicios de salud, únicamente 3% de las mujeres y 16% de los hombres cuenta con esta prestación laboral, la diferencia resulta significativa y deja al descubierto la persistente brecha de género que coloca en situación de desventaja económica y de acceso a prestaciones y servicios de salud a las mujeres mexicanas.