Con pena, pero hay que decirlo, Xalapa, la capital del Estado, se encuentra convertida en una ciudad llena de baches. Hay baches por aquí, por allá y más acullá. No hay una sola calle o avenida que no tenga su buen número de baches.

Es evidente la complacencia de las autoridades municipales, las que comanda el xochimilca Pedro Hipólito Rodríguez Herrero, para que, en caso de llevarse a cabo un certamen del bache a nivel nacional, sea la Atenas Veracruzana, la ciudad que se suba al pódium y levante el trofeo del primer lugar.

Muy lejos, pero lejísimos quedó el eslogan que maneja en sus spots el munícipe xalapeño, los cuales se leen en los vehículos oficiales, que dicen: Xalapa florece. Su presunción de que Xalapa sería una ciudad de primer nivel y que pronto se convertiría en un ejemplo a nivel nacional, pasó a ser parte de una de las más burdas mentiras de u alcalde al que hoy se le reconoce y se presenta como el peor que ha tenido la capital del estado de Veracruz.

Las avenidas Circunvalación  o Lázaro Cárdenas, Ruiz Cortines, Américas, 20 de Noviembre, y un sinnúmero de calles que desembocan en dichas arterias, se encuentran totalmente destrozadas y la autoridad, dormida en sus laureles, se hace omisa, ignora su responsabilidad y, finalmente, no hace nada por arreglar dichas rúas.

La pregunta es: luego de pasar a la historia como el peor alcalde de la Ciudad de las Flores, ¿no sería bueno que también el munícipe pasara un buen tiempo en el Pacho Hilton?

La incompetencia, ineficacia y la irresponsabilidad, también tienen como sinónimo la corrupción; la corrupción es un delito. ¿Será?