Nadie puede negar lo que es evidente. El coronavirus existe y sus variantes, llámense como se llamen, están generando contagios masivos en todo el mundo. Hoy en día, la cifra de contagiados es de millones de personas.

Los protocolos de la sana distancia, el uso del cubrebocas, el lavado constante de manos, el estornudar en la parte interna del brazo, evitar consumir bebidas frisa, llevar una alimentación balanceada, evitar  asistir a eventos masivos  o aglomeraciones, han sido, desde el inicio de la pandemia, el llamado que han estado haciendo las autoridades sanitarias en todo el mundo.

Sin embargo, y esto es evidente, a pesar de los contagios que ya existen en el estado de Veracruz, a pesar de la información que existe acerca del incremento de los contagios en todo el mundo, lo que ha obligado a los gobiernos de la mayoría de países a cancelar sus eventos en este 2022;  acá, recién se acaba de celebrar la llamada fiesta de La Candelaria, en Tlacotalpan, donde, se afirma, hubo una asistencia de poco más de 40 mil personas, lo que, sin duda, habrá de detonar en una ola masiva de contagiados.

Y sin escatimar en riesgos y que importe en lo más mínimo la salud de los gobernados, para fregarla de acabar, ahora se ha anunciado la realización del Carnaval de Veracruz, una fiesta en donde, sin duda alguna, de todo habrá menos sana distancia, uso de cubrebocas o lavado constante de manos. Las fiestas de la carne, son, en Veracruz, sin freno, sin control y sin recato. El resultado de la gran concentración humana que habrá allí, sin ser brujo ni científico, nos hace estimar que los contagios van a estar a la orden.

Posteriormente a la celebración del Carnaval de Veracruz, se encuentra programada ya la Fiesta del Tajín, en Papantla, donde también se espera una llegada masiva de visitantes, los cuales, a pesar de las medidas que pudiera implementar el sector salud y las autoridades policiales, se cree que resulte imposible controlar la afluencia de personas, tomándoles la temperatura y asistiéndoles con gel para la desinfección de manos.

En Brasil, por citar un ejemplo, ha sido cancelado el Carnaval; para julio, mes en que se celebra la Pamplonada en España, se ha anunciado su probabilidad de suspensión; por citar dos ejemplos. En México, de manera concreta en la Cámara de Diputados, se ha dado a conocer que 50 de los 500 legisladores, han dado positivo a Covid-19; obvio no se ha dicho nada del personal, auxiliares, chóferes, secretarias, asesores que también pudieran estar contagiados.

Sin embargo, a pesar de las luces de alerta, a pesar de que ya se ha anunciado que Veracruz vuelve a estar en semáforo rojo, las celebraciones y fiestas tradicionales, como las enumeradas líneas arriba, el gobierno de Veracruz ha girado instrucciones para sus respectivas realizaciones.

Y, más aún, se tiene previsto que, un sector tan vulnerable como lo es el magisterial, con todo y los contagios que existen y se conocen, sabiendo que de nueva cuenta el sector salud en el estado se encuentra colapsado y aunado a la llegada del frente frió que habrá de generar enfermedades como la gripe, se ha dado la orden de que maestras y maestros vuelvan a las clases presenciales, lo que, sin duda, es una aberración y una total falta de sentido común, por decir lo menos.

La ecuación es simple:

La Candelaria + El Carnaval + El Tajín = a más contagios,  más enfermos,  más hospitalizados y, obvio, a más muertes.