La pinza se sigue cerrando.

Hace un mes o, – menos, como dijera Enrique- dos meses, a lo mejor tres,  habíamos comentado en este mismo espacio que la pinza se seguía cerrando, en torno a personajes que, por una razón u otra, el destino estaba a punto de alcanzarlos. La profecía, se está cumpliendo.

Cuando escribimos acerca del tema, el llamado “Gober precioso”, aun no era alcanzado por el largo brazo de la justicia. El pasado 3 de febrero del presente año, el exgobernador del estado de Puebla, fue detenido acusado de la presunción de delitos cometidos en contra de la periodista Lydia Cacho.

Lydia Cacho es  autora del  libro  Los demonios del Edén, en donde reseña de manera pormenorizada toda una red de personajes relacionados con la pederastia y trata de personas. Ahí, la escritora hace señalamientos duros y directos en contra de varios personajes, entre ellos, Kamel Nacif Borge, un empresario textilero a quien se le conoce como el zar de la mezclilla.

Nacif, quien tiene una relación de amistad con Marín, pide al amigo gobernador que detenga a la periodista, radicada en Cancún, acción que es ejecutada, y trasladan a la escritora desde la península maya hasta Puebla, por tierra, sufriendo vejaciones, amenazas y toda clase de suertes, lo que se hizo del conocimiento de las autoridades de las Comisiones de Derecho Humanos a nivel Nacional e Internacional, configurando así parte de los delitos que obran en el expediente abierto en contra de conocido como “el gober precioso”

Con esa acción, la detención de Mario Marín, le empezaba a entrar aceite a la enmohecida pinza y de esa forma, el artefacto,  se empezaba a mover.

El pasado 13 de mayo, en  Líbano, fue detenido uno de los principales personajes señalados en el libro Los Demonios del Edén, Kamel Nacif Borge, quien es acusado de manera directa y contundente por la valiente periodista Lydia Cacho, de ser el responsable de haber ordenado su detención y posterior traslado hasta el estado de Puebla.

Con la detención del llamado “rey de la mezclilla”, otra gota más de aceite ha caído sobre el engranaje de la pinza que ya ha adquirido mayor movilidad y sigue cerrándose con mayor dinamismo.

Pero, dicho por la escritora, de los personajes señalados de manera directa en el libro, aun faltan algunos que no tardarán en ser ubicados y detenidos para que paguen por los delitos que les son imputados. La historia es larga.

Los efectos de tantos insultos, tantas afrentas y de abrir tantos frentes durante la vida, habrán de cobrar el justo pago, en unas semana más.

… y la pinza se sigue cerrando.